Mi discusión con el delegado o una mutua torpeza política

Acabo de subir a mi apartamento luego de discutir delante de otros vecinos con el delegado del Poder Popular de mi circunscripción, como consecuencia de la torpeza política para manejar la presencia de un carrito de helados particular frente a nuestro edificio, justo cuando él pretendía brindarnos una información sobre la situación higiénico sanitaria, el mosquito Aedes aegypti y el dengue en la comunidad.

Cuando mi  madre y yo nos disponíamos a comer, una música desacostumbrada nos avisó de la venta de helado en los bajos de casa. Como a mi mamá le hacen gran ilusión esas chucherías, me asomé a la puerta, las vecinas del frente me confirmaron que vendían unas pequeñas cestas de helado por cinco pesos y bajé enseguida.

Cuál no sería mi sorpresa al ver que esta vez el servicio lo ofrecían unos trabajadores no estatales, en un remolque cerrado perfectamente acondicionado para ello y que era transportado por un viejo automóvil americano. Había una pequeña cola de cinco o seis personas, casi todos mujeres y niños. Una muchacha y un joven eran los dependientes, quienes despachaban con rapidez y excelente presentación.

Y de pronto aparece el delegado del Poder Popular y les exige a los trabajadores por cuenta propia que debían salir de allí, porque él iba a dar una reunión con los vecinos en ese momento. Yo desconocía de esa citación, pues a mi casa nadie nos llevó aviso alguno, ni verbal ni por escrito, como es usual en esos casos. Pero más todavía me contrarió el tono impositivo del reclamo, cuando éramos nosotros, sus electores, quienes estábamos comprando helado, agradecidos y maravillados por la oportunidad inédita de esta nueva oferta.

El joven vendedor le respondió al delegado que él no era quien para decirles que abandonaran el lugar, porque ellos poseían autorización para la venta ambulatoria en cualquier sitio del país, además, había una cola de clientes en espera. Nuestro representante del Poder Popular asumió entonces un tono amenazante, los conminó a ir una cuadra más allá o les dijo que llamaría a la policía. ¡Ahí me sublevé yo! (para colmo, esto sucedió justo cuando me tocaba el turno para comprar, y la muchacha ya atendía mi pedido).

El conductor del tráiler movió el vehículo hacia la esquina, les expliqué a los dos dependientes que ellos estaban en todo su derecho a permanecer en el lugar, tomé mis cestas de helado y fui hacia donde estaba el delegado. Le dije que era increíble lo que él acababa de hacer, que no intervine frente a los trabajadores por cuenta propia para no disminuir su autoridad, pero que nunca vi tratar con menos tacto una situación, pues éramos los vecinos del edificio los únicos beneficiados con el arribo de aquellos vendedores.

Insistió ofuscado en defender su dichosa reunión, pues alegó que  iba a informar aspectos que todos debíamos saber. Le repliqué que en ese preciso minuto, lo que la gente quería y necesitaba, era comprar helado, y que éramos nosotros quienes lo habíamos elegido a él para que nos representara, no para que dispusiera de la calle sin nuestro consentimiento.

No cuente conmigo para su reunión, le espeté, viré la espalda y me fui escaleras arriba, entre los comentarios de varios vecinos con quienes me crucé. En otras palabras, me encabroné. Yo también me excedí. Lo reconozco. Tendré que conversar otra vez con mi delegado mañana o pasado, tratar de entendernos y averiguar de paso qué sucede con los mosquitos y el dengue en el barrio. Ahora voy a comer helado, ya mi mamá devoró el suyo y dice que está riquísimo.

18 Comentarios Agrega el tuyo

  1. aaron dice:

    Paco, pero cuentame como es este asunto de las «cestas de helado»? Nunca habia escuchado eso.

    Estas hecho todo un libertario. Es mas, estas rayando ya en el Sarahpalinismo. Vas muy bien. Este es el primer paso. El proximo es Radio Marti… para que des el horoscopo, por supuesto 🙂

    1. habananueva dice:

      ajjajajaja que simpatico este comentario jajajajaja, paquito dando el horoscopo en radio Marti, tengo que averiguar en que frecuencia se escucha radio Marti para estar lista cuando llegue el momento.

      1. habananueva: Yo creo que eso no lo escucha mucha gente, quienes la hacen si acaso, y cuidado…

    2. Aaron: Muy rica la cesta, hecha del propio barquillo, y se come con el helado. Ya tengo trabajo, no te preocupes 🙂

      1. Praseodimio Lutecio. dice:

        Cinco pesos por una barquillita de helado mas chiquita que la Pinta de C. Colon… que robo. Cuando era nino con 5 pesos se podia comprar -y no exagero- todo el helado que un vendedor albulante tenia en su carrito’ L INFLACION EN cUBA ES DEL SEPETECIENTOS PORCIENTO.

        1. Praseodimio: ¿En Cuba solo? ¿En qué década de cuál siglo más o menos tú fuiste niño? 😉

  2. marta dice:

    oye paco ten cuidado que te pierden y no te vemos mas

    1. Marta: Gracias por tu preocupación, pero en Cuba no se pierde nadie…

  3. Don Quijote de los Sitios dice:

    El Pa-Kitty!!!!!!!!
    Socio realmente me sorprende gratamente hayas salido a defender una causa justa que se aleje de los pliegues anales sin mencionar la OTAN, el bloqueo o cualquier otra tonteria de esas que te intoxican haciendote la vida mas simple de lo que eres.

    Enhorabuena socio !!!

    1. Gracias, pero nunca dejaría de ocuparme de los pliegues anales, pues presiento que tú lo necesitas mucho 😉

  4. legria fs200 dice:

    I could not think you are more right

  5. Mercedes dice:

    PAquito dice: que no intervine frente a los trabajadores por cuenta propia para no disminuir su autoridad

    Ese es el problema. El delegado es un servidor publico. La autoridad quien realmente la tiene es el pueblo.
    Por ejemplo. Obama tiene autoridad ante su secretaria, que es otra empleada publica. Pero Obama no tiene autoridad ante mi. El no tiene autoridad ante el pueblo. El es un empleado del pueblo. Y no es que cualquiera tenga acceso a decirle tres disparates en su cara, claro que no. Pero el no es una autoridad ante nadie. Si hay que decirle mentiroso, o protestarle o indignarse ante su gestion, se hace. El no es el jefe del pueblo, es un servidor publico.
    Pero en CUba los dirigentes tienen autoridad. Y los Castros una autoridad total.
    Una de las principales causas del problema cubano en particular y todas las dictaduras en general.

    1. Mercedes: Interprétalo como desees, mi idea era no enconar una discusión, aunque pude hacerlo también de otra manera, tampoco me siento infalible, y mucho menos en situaciones en que uno trata de hacer lo mejor y se puede equivocar.

  6. CHOCHECO dice:

    Paquito, saludos revolucionarios desde El Salvador, felicidades por tu blog y un saludo para toda la gusanera que se toma la molestia de visitarte.

    1. Chocheco: Me alegro te agrade este espacio, pero aquí no hago discriminaciones ni utilizo términos lacerantes para ningún ser humano. Hay que dejar la intolerancia a los intolerantes.

      1. CHOCHECO dice:

        Gracias camarada, tenés un correo para escribirte? Viví en Cuba durante la guerra en mi país y quisiera comentarte algo sobre eso.

        1. Chocheco: Me puedes buscar en Facebook con mi nombre y apellidos o en Twitter como @paquitoeldecuba y por ahí podemos intercambiar y chatear incluso. Abrazos.

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