No podría dormir esta noche si no les cuento esta historia loca. Por pura casualidad, en el estreno esta tarde de Afinidades —la primera película que dirigen juntos Jorge Perugorría y Vladimir Cruz—, ambos actores cubanos ocuparon los asientos justo detrás de mí, en la platea al centro del cine Yara que habitualmente reservan para la prensa, de manera que pude escuchar lo que nadie más sabe.
Pero no solamente ellos, a mis espaldas en esa fila estaba también casi todo el elenco cubano y español, incluyendo a las actrices que les acompañan en los roles protagónicos (la española Cuca Escribano y la joven cubana Gabriela Griffith).
El nuevo largometraje que une a los conocidos protagonistas de Fresa y Chocolate —la emblemática cinta de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Juan Carlos Tabío que en 1993 sacó a la palestra por vez primera el tema de la homosexualidad y la intolerancia en Cuba— apuesta ahora por otro espinoso asunto sexo-político: la historia de dos matrimonios que deciden intercambiar de parejas en un centro turístico, en un peligroso juego donde el erotismo y la corrupción son el hilo conductor de la trama.
Pero yo no sabía ni siquiera de qué trataba la película cuando escogí mi butaca en una esquina anónima del palco de la prensa, para no estorbar. De pronto, el acomodador del cine reservó las dos hileras de asientos que continuaban a la mía, y supuse ya que podría verles de cerca, pero imaginé que Pichi y Vladimir seguramente irían al centro de los invitados, lejos de donde me hallaba. Sin embargo, ellos dejaron pasar a todos sus acompañantes y… ahí estaba yo, de pronto, sentado delante de dos estrellas del cine cubano y testigo subrepticio de toda la conversación previa que ellos sostuvieron con sus colegas, antes de que los llamaran al estrado.
Al llegar, Perugorría habló algo sobre las boletas de la popularidad que reparten en los cines habaneros, y cómo las habían distribuido. Una de sus acompañantes, creo que fue la propia Cuca, comentó con admiración sobre el afecto con que el público los abordaba, y contó que Vladimir, autor también del guión, había estado en la tanda de la mañana en el cine, de incógnito.
Me viré y como si lo conociera de toda la vida, le pregunté a Pichi si el primer rodaje público era este de La Habana. “Sí, es el estreno mundial de la película”, me dijo. ¿Tienen ya programada la participación en alguna otra competición?, inquirí. “No, todavía no, aunque estamos tratando de inscribirla en el Festival de Berlín”, anunció.
Luego llegó Vladimir, quien confirmó su aventura de espectador “infiltrado” durante la mañana. Les contó a sus amigos que durante la primera proyección estuvo de pie en el pasillo todo el tiempo, para observar de cerca las reacciones del público. La actriz española le espetó en tono de chacota que tuviera cuidado, porque iba a convertirse en un adicto a Afinidades. “Todavía no sabemos qué efectos puede tener eso”, bromeó ella.
Enseguida comenzaron a hablar sobre cómo hacer para estrenar formalmente en La Habana luego de que termine el XXXII Festival Internacional de Cine Latinoamericano. Perugorría comentó que solo tenían dos copias del filme por el momento. Alguien del equipo o el propio Vladimir —no estoy seguro porque me daba pena fisgonear hacia atrás para ver quién hablaba a cada instante— opinó que lo mejor sería hacer una tercera y cuarta copia, pues estas ya salían más baratas, como en unos mil dólares cada una.
Perugorría dijo que podrían reservar una copia para la exhibición en el festival de Alemania (del 10 al 20 de febrero de 2011), y con la otra hacer un estreno al menos en el cine Charles Chaplin —el mejor del país— durante varias semanas. No obstante, todos coincidieron en que lo óptimo sería contar con otros duplicados de la cinta, para poder enviarlos al resto del país. Me impresionó oír de primera mano la preocupación sincera de Pichi, Vladimir y el resto del equipo, porque la gente en Cuba pudiera ver pronto el resultado de su trabajo. Y también, como es usual, mencionaron el temor a que comience la distribución de copias piratas.
Entonces los llamaron a la plataforma frente a la pantalla, dijeron en el micrófono unas breves palabras que de seguro divulgará la prensa, sobre la satisfacción de exhibir el filme en Cuba, mensajes de reconocimiento al público de la Isla, de sorpresa porque todavía queden cines gigantescos como el Yara —lo hizo notar graciosamente Cuca Escribano—, de agradecimiento por la confianza al darle el papel —lo expresó la novel actriz Gabriela Griffith—, en fin, lo típico en esos casos.
Volvieron otra vez a sus plateas a mis espaldas, y durante todo el rodaje siguieron atentos y en silencio cada reacción, asombro, risa, aplauso de la gente; por momentos muy alegres también ellos mismos con lo que sucedía en la sala.
Por mi parte, me arrebató la historia. Perugorría interpreta a un directivo de una empresa cubana que está a punto de cerrar negocios con una firma extranjera y tendrá por ello que despedir al 40% de los empleados. Junto con su esposa española, Pichi invita a su subordinado, Vladimir, y a su pareja, a pasar un fin de semana en la Laguna del Tesoro, exótico paraje de la Ciénaga de Zapata. Allí los dos matrimonios comienzan una experiencia como swingers, el jefe en una demostración de poder y para satisfacer sus deseos sexuales, mientras que su inteligente empleado le sigue el juego con la esperanza de no quedar cesante, pero a la vez seducido por la sensualidad de la española, y sorprendido también por las reacciones de su joven mujer, quien de la renuencia tímida pasa al desparpajo vengativo.
No les cuento más, para que vean la película, pero les puedo decir que es una historia dura, descarnadamente sensual, valiente en el planteo de una sexualidad irreverente, y además cuestionadora desde el punto de vista ético y político, por la crítica nada complaciente, sin moralinas ni excesos, de algunas corruptelas que padece la sociedad cubana actual. Todo con mucha belleza plástica en su fotografía, tanto por las locaciones escogidas como por la maestría y sutileza en las difíciles, abundantes y muy justificadas escenas eróticas, resueltas muy artísticamente.
Y concluyó la exhibición con un rotundo aplauso del público. Me di vuelta, y fui el primero que le estreché la mano a Pichi, con un caluroso ¡Felicidades! Todavía el intérprete de Diego, ese personaje tan entrañable para todos nosotros los gay cubanos, debe estarse preguntando quién coño era ese flaco entrometido que le cayó enfrente en el estreno habanero de su película Afinidades.
Jaja…Con un post como este, Paquito, demuestras lo bueno que eres escribiendo, asere… Breve, claro y con un cierre mortal, jeje… Qué lástima que no estuviera allí…bueno, y en todo el festival…Ahora mismo este pueblo donde estoy está bajo una tormenta de nieve (la m´s grande en más de 35 años) que nos tiene a todos paralizados hace dos días…que horror! Ay, ¡cómo extraño ese corre corre del festival! jaja… Saludos (con muchaaaa nieve)
Que titular mas engañoso! Casi hasta mas que «WikiLeaks: detrás del escándalo sexual contra Assange, una colaboradora cubana de la CIA». Te estas superando en la manipulacion, que viene siendo mucho decir 🙂 Me tocaba a mi decirlo, a quien mas?
Y son ideas mias o te estas volviendo farandulero? Primero bruno y ahora perugorria 🙂 Que tal el festival de este año?
Aaron: un poco de farándula una vez al año no viene mal 😉 No he visto muchas películas, y pocas me han gustado, de ellas hasta ahora dos cubanas: Casa Vieja y ahora Afinidades.
No sé qué pasa con los comentarios. Solo había preguntado si fue a Aguaya a quien le quitaron la habilitación del pasaporte.
Exacto 100% gusana fue a AGUAYA a quien le «deshabilitaron»( eufemismo para no decir VISA de entrada) el pasaporte
Algo pasa con los comentarios, creo que arrancaron de cuajo el mio anterior…
Loquita: juro que soy inocente, eliminé un comentario que estaba repetido solamente 🙂
Hola Paquito, te he leído con esta tres veces, y la verdad que me da tremendo orgullo tener un compatriota cubano, comunista, gay,…con un blog cojonudo!!!, luchando y criticando lo mal hecho, pero sin excesos políticos, sin manipulaciones mediaticas, con la sencillez de un buen cubano con su cabeza ordenada (no en nuestras facetas histriónicas); por favor, no permitas que los medios internacionales te utilicen para manipular contra Cuba. No te dejes provocar algunas las palabras expresadas por algún comentarista anterior, sus letras suenan con una leve envidia de base… jajjajajajja…mari…nerias cubanas.
Ernesto: gracias por tu apoyo, y créeme que te entiendo, pero si me manipulan o no en otros espacios, allá ellos: yo sigo siendo el mismo 🙂
Que bueno paquito que hayas visto la pelicula en esas condiciones. El Festival es uno de esos eventos que se recuerda con mucha nostalgia. Dsifrutalo
Un poco de humor revolucionario:
Hugo Chávez, 29 de noviembre de 2010: “Hay que felicitar a la gente de Wikileaks”.
Hugo Chávez, el 6 de diciembre de 2010: “Ese Wikileaks es un gran basurero”.
Anisia: LQQD: los basureros también son muy necesarios y dignos de felicitar 😉
Busquen el contexto original y verán que lo que dice Chávez es que Wikileaks es un basurero (de notas vergonzosas) el cual hay que limpiar para extraer ciertas verdades… nada, otra manipulación…
Muy buen trabajo este Paquito. La verdad es que la vida te da sorpresas. felicidades entonces por haber tenido esa suerte que a muy pocos les toca vivir. Disfrutar de un estreno mundial bien cerca de los protagosnistas. felicidades ademas por este blog. muy necesario por cierto. Un defensor de la libertad y derechos sexuales, no gay, y tambi’en comunista.
carlos
Conno Paquito, esto que escribiste esta bueno. Creo que tu destino es escribir en la pagina de «Gente y Arte» de algun periodico cubano post-castro-gang. Ahi te voy a leer, vivir por ver.
Carlos: no me gusta la cultura para dedicarme a escribir de ella, solo para disfrutarla íntimamente. Y por cierto, hay periodismo de ese tipo en Cuba, dos ejemplos: La calle del medio y La Jiribilla.
La pelicula me pareció muy pobre. Una historia genial que se diluyó entre torpezas del guión, poco sugestión y todo servido en bandeja, uso de lugares comunes, chistes fáciles, demasiado bla bla bla, carencia de tesis, pobre caracterización psicológica de los personajes, de vez en cuando, actuaciones caricaturezcas, en fin. Muy pobre, y lástima para una película tan buena. Si un Bertolucci, la hubiese cogido, hubiera sido «Un último tango en París» cubano. Mucha tensión sexual, muchas reflexiones podían haberse explotado. Todo se fue en un relato plano, con escenas eróticas muy bien filmadas pero sin una reflexión detrás, mero erotismo seco. Disculpa Paquito, pero esa película era pa’ que el Pichi y Vladi, ni siquiera pensara en presentarla a un festival tan importante como el de Berlín
Alejandro: me parece bien una segunda opinión, al parecer de un conocedor del séptimo arte; yo la verdad no soy crítico de cine, solo puedo decir malamente cuando algo me gusta o no, y tratar de explicármelo. A lo mejor también influyó que tenía a los dos directores-actores demasiado cerca y eso comprometió mi percepción 😉
Yo cuando la vea les dire, pero para ese tiempo ya mi opinion estara obsoleta. No obstante, hay que ser muy escepticos con la mayoria de las peliculas cubanas. Los dioses rotos, por ejemplo, que a todo el mundo le parece tan cruda (?) y demas, deja bastante que desear, especialmente cuando uno conoce otras cosas del mismo director como el teleplay «La vida en rosa».
Y no se si sera impresion mia o si realmente la actuacion cubana esta en crisis, pero el asunto es que muchas veces los actores no saben distinguir entre cuando estan en un teatro y cuando estan delante de una camara de tv o de cine. El resultado es una obra de teatro en 35mm.
Aaron: a mí Los dioses rotos no me convenció tampoco. Pero creo que tenemos grandes actores y directores.
Las Fuerzas armadas canadienses reconocen a los transexuales:
http://www.cyberpresse.ca/actualites/quebec-canada/politique-canadienne/201012/08/01-4350548-les-forces-canadiennes-reconnaissent-les-transsexuels.php?utm_categorieinterne=trafficdrivers&utm_contenuinterne=cyberpresse_B4_manchettes_231_accueil_POS2
Paco, si puedes bajas la pelicula «Chamaco»
Disfrutala:
http://www.megaupload.com/?d=9XKB6GI5
Ya la vi, muy buena como denuncia.
Vladimir es un actorazo, de lo mejor que tiene Cuba. De paso, como comentario, de ti paquito sòlo he visto algunas fotos en tu blog, pero siempre me pareciò que te parecìas fìsicamente a Vladimir, no se, tenìas «un aire» a èl. Serà el cabello o la mirada… pero siempre los encontre parecidos. Y tu tambièn eres Cruz… no seràn parientes?
Saludos
Mauricio: gracias por el piropo, pero él es mucho más guapo (y está mucho más bueno) 😉 Un amigo mío que tiene cámara digital estaba en el cine, lejos de nosotros, pero al terminar la función ya fue imposible que nos retratara… me habría gustado tener esa constancia gráfica. De hecho, vino un muchacho del público y se tomó una foto con ellos dos, pero yo no pude, ya sabes… el subdesarrollo 🙂
Sè que esto no tiene nada que ver con el artìculo de paquito, de a poco voy comprendiendo porque él y Randol piensan que vive en el «paraiso». En las «asambleas populares» donde se «debaten» los lineamientos, nadie opina en contra de estos «excelentes capìtulos» producidos por los «excelsos gobernantes y economistas» cubanos. Evidentemente ellos no se equivocan nunca, ya que nadie los contradice, y lo han demostrado durante 52 años. Sòlo en el «paraìso» todos estàn de acuerdo y nadie opina diferente sobre tan importantes temas.
Fuente : http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/12/101208_cuba_mayoria_silenciosa_asamblea_rg.shtml
Saludos
Mau: esa fue seguro una mala asamblea, porque la idea es justamente lo contrario…
Paquito:
Dime si es posible enviarte un mensaje a un buzón de correo, para comentarte algo personal. No te preocupes, que aún no trabajo para la CIA y mi IP está registrado oficialmente en BELL CANADA. Si lo prefieres escríbeme tú a mi correo, te doy mi palabra de guaricandilla que no lo divulgaré.
Loquita: te escribo, claro, peores que tú saben mi email 😉
No sólo un mala asamblea, fue peor que eso… pero ya me contaron de otra que estuvo candente, jeje…
ah, Mau, no desaprovechas minuto…
No era que Honduras era un país en ruinas por el «perverso capitalismo» ? Parece que hay otros países que estan peor…. 6 cubanos huyeron del «paraiso tropical» en balsa durante 16 días, con gran riesgo de sus vidas, y piden asilo en Honduras… el link para que paquito y randol no crean que «deliro» : http://www.laprensa.hn/Sintesis/Lo-ultimo/Ediciones/2010/12/11/Noticias/Llegan-seis-balseros-cubanos-a-La-Ceiba
Saludos
Mau: no lo dudo, ya sabes que en Cuba hay una pila de locos 😉
Mau, quiero que acabes de entender que tus provocaciones no son nada comparadas con las que he enfrentado en mi vida…así que no te lances donde no das pie… De verdad crees que esos cubanos quieren vivir en Honduras? No se te ocurre pensar un poquito y sacar la conclusión de que ese será únicamente un puente para llegar al Paraíso Prometido? De cualquier forma me conmueve tu misión de abrirnos los ojos…y sobre todo que ironices de un país donde en poco más de un año han matado como a 30 periodistas… Debe ser ese el destino que te gustaría para esta Isla… Todo por tener un buen bistec en el plato…
Randol, no se si quieren vivir en Honduras. LLegaron a Honduras y piden asilo en Honduras. Tambièn dicen que tienen familiares en USA y probablemente se irìan hacia ese paìs. Algo que perfectamente pueden hacer desde Honduras, ya que seràn «libres», te recuerdo que en Honduras a los Hondureños no se le prohibe salir de su paìs.
Cuando hablas de «esta» isla, te refieres a Cuba, donde TU NO ESTAS? o es que vives en alguna isla Canadiense?
No sè de donde sacas tantos periodistas «muertos», ni quien los matò. En Honduras la prensa es màs «libre» que en otras islas del caribe, y en las revueltas es posible que hayan muerto varias personas, entre ellos periodistas. Ojalà la transiciòn en Cuba (que no te preocupes, llegarà) no sea sangrienta y tengan que lamentar pocas pèrdidas humanas.
Saludos
Mau: ¿Un golpe de Estado con un presidente secuestrado como ocurrió en Honduras para ti es una «transición»?
Parece, además, que hay una gran «desinformación» en la Argentina en que tú vives, porque con poner en google Honduras asesinatos periodistas tendrás mas de 900 mil entradas sobre el asunto. Acá te dejo una:
El periodismo es una profesión con peligro de muerte en Honduras
16-jun-2010 Emilio María Ramírez Márquez
Honduras es el país con más riesgo mundial en el que se ejerce el periodismo. 9 periodistas han sido asesinados en 2010. Las autoridades muestran impunidad.
Con el asesinato de Luis Arturo Mondragón el pasado lunes ya son nueve los periodistas asesinados en Honduras en el año 2010. La ola de muertes que están sufriendo los periodistas comenzó el 18 de febrero cuando fue encontrado sin vida el cuerpo de Nicolás Asfura de 42 años en la bañera de un apartamento en Tegucigalpa en avanzado estado de descomposición.
Esta muerte no hizo más que abrir la cadena de asesinatos que durante el mes de marzo ha asolado al gremio de los periodistas en el país centroamericano. Después de Nicolás Asfura, la siguiente víctima fue Joseph Ochoa, un joven estudiante de periodismo de 26 años que fue asesinado el 1 de marzo mientras acompañaba en coche a la presentadora del programa «El ángel de la controversia», Carol Cabrera, que corrió mejor suerte resultando herida por tres disparos.
Cabrera, de 40 años ya había sido víctima del terrorismo al morir su hija Katherine Nicolle de 16 años y embarazada de ocho meses el pasado 16 de diciembre de 2009 al sufrir varios disparos cuando conducía el coche de su madre.
Periodistas asesinados en Honduras durante los meses de marzo y abril de 2010
Tras el asesinato del joven periodista, cuatro colegas más fueron asesinados a lo largo del mes. El 11 de marzo, David Meza, periodista de 51 años de la cadena Radio El Patio y corresponsal de Radio América y del informativo «Abriendo Brecha». Tres días después, el 14 de marzo, Nahún Palacios, de 34 años, periodista de Radio Tocoa y de Canal 5. Sin transcurrir dos semanas, el 26 de marzo, Bayardo Mairena de 52 años, y Manuel Juárez de 55 años eran asesinados. Ambos periodistas regresaban de ejercer su oficio, de retransmitir un programa de noticias para radio en la localidad de Catacamas.
Ya en el mes de abril, se unieron a esta trágica lista de asesinatos Luis Chévez, de 23 años y que trabajaba como locutor en la emisora W105, y Georgino Orellana, periodista de 48 años que el 20 de abril tras salir de la sede de la cadena Televisión de Honduras en la localidad de San Pedro Sula recibía un disparo en la cabeza.
Ante esta muerte, el periodista Renato Álvarez, de la Corporación Televicentro declaró que el gremio de los periodistas se encuentra » en alerta roja», señalando además el «gran riesgo» que corren para poder ejercer su profesión en su país. Declaraciones que fueron acompañadas también por las palabras del presidente del Colegio de Periodistas de Honduras, Elan Reyes, que condenaba este asesinato y reclamaba a las autoridades investigar lo ocurrido.
Honduras es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo
Todas estas muertes vienen a confirmar un reciente informe elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF), al considerar a Honduras como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer la profesión de periodista. En el año 2009 fueron tres los periodistas que murieron en Honduras, aún sin llegar al ecuador del año ya van nueve los periodistas asesinados.
Cifras que engrosan desgraciadamente el dato que ha aportado un estudio elaborado por el Instituto Paz y Seguridad de la Universidad Nacional de Honduras (UNAH) y que refleja que en Honduras hay un promedio de 12 asesinatos por día, lo que supone 66 homicidios por cada 100.000 habitantes, siendo las víctimas fundamentalmente periodistas, magistrados y políticos.
Crímenes de periodistas con total impunidad por las autoridades de Honduras
La muerte de Georgino Orellana hizo que las autoridades alzaran la voz. Asi, el ministro de Comunicación y Estrategia,Miguel Bonilla afirmó que el presidente del país, Porfirio Lobo prometía una investigación sobre estos asesinatos ya «que es muy importante que estos hechos no queden en la impunidad». Y es que precisamente es la palabra impunidad junto a los nueves periodistas asesinados lo que hasta la fecha como rasgo inherente acompaña a todos estos crímenes. Una impunidad que hace que nadie haya sido puesto a disposición judicial por estos hechos.
Paco, claro hay que denunciar lo mal hecho, deja que te cuente Yoani (como solo ella sabe hacerlo) que pasa cuando nos creemos en Cuba que somos libres.
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Estudió medicina, se puso la bata blanca, entró en un hospital para hacer la especialidad y se creyó a pie juntillas las máximas de Hipócrates. En un primer momento –imbuido por la fascinación de las células, los músculos y los tendones– apenas reparó en que sus colegas andaban con los zapatos remendados y a él mismo no le alcanzaba lo que ganaba para alimentar a la familia. Vio demasiado en ese hospital de Artemisa: la grandeza profesional de algunos y el descalabro material de todos. Un día de 2005 se anunció a bombo y platillo que se les subiría el salario a los trabajadores de la salud. Sin embargo, apenas 48 pesos –el equivalente a 2.00 CUC o a 1.60 USD– fue lo agregado a su magro sueldo de cada mes.
Así que escribió junto a un amigo una carta comunicándole al ministro de su ramo la inconformidad de los médicos ante tan ridículo aumento. Lograron recoger 300 firmas que entregaron en el Ministerio de Salud, en el Consejo de Estado y en cuanto órgano de poder hay en esta Isla. La respuesta llegó algunas semanas después en forma de expulsión de la especialidad que cursaban. Cinco meses más tarde, a ambos los despidieron del trabajo y les inhabilitaron sus títulos universitarios. Han pasado ya cinco años de aquellos hechos, pero ninguno de los dos ha podido volver a entrar a una consulta como doctor.
La semana pasada, Geovany Jiménez Vega –protagonista y víctima de esta historia– decidió ponerse en huelga de hambre en el parque Martí de Guanajay para reclamar ante la Dirección del Ministerio de Salud Pública la rehabilitación en el ejercicio de la medicina de él y su compañero el Dr. Rodolfo Martínez Vigoa. En los mismos días en que el noticiero cubano señalaba hacia la huelga de controladores en España y a las protestas de obreros en Grecia, dos hombres languidecían muy cerca de nosotros y no nos enterábamos. Ayer, afortunadamente, volvieron a comer porque Geovany ha decidido abrirse un blog, contarle al mundo, no optar por la inanición sino por la información. Se ha percatado de que aquella carta que sólo firmaron unos pocos podría recaudar miles de adhesiones si se hace pública, si llega a todos los doctores capacitados y desposeídos que tiene este país.
Pinchar aquí para leer la declaración de “Interrupción de huelga”.
Una breve presentación de Geovany Jiménez Vega
El nuevo blog estará listo el lunes y lo anunciaré a través de Twitter.
Yoani Sanchez
La muchacha de la cara lánguida ahora también tiene un médico de cabecera 😉 Si todo el que se queja del salario en Cuba lo botaran del puesto, ni Raúl Castro tendría trabajo 🙂
Paco, estaba persiguiendo esa pelicula, al encontrarla la comparti contigo, pues bien como todo buen capitalista me dije, esta noche a disfrutar…
Encendi el Apple Tv, para verla en la pantalla gigante de mi televisor gusano, Paco cono que decepcion, lo unico que sirve es la actuacion del pinguero, me dieron ganas de darle 2 bofetones a la vieja loca, que mal actua, yo no soy critico ni nada por el estilo, pero no la termine.
Besos, ojala con todos estos cambios tambien incluyan mas libertad, Cuba la necesita urgente.
¡Pero si de tanta libertad, ya hay quienes piensan que estamos en un «libertinaje»! Cuba necesita trabajo 😉
Realmente la pelicula Chamaco es muy pobre en varios sentidos… pero no solo el piguero sale airoso, también el Padre y el Policia, dos actorazos..En cuanto al viejo es tremendo actorazo, dejénme decirles…solo que esta vez no fue bien dirigido y su papel terminó siendo una caricatura…esas cosas pasan…Coincido con Paquito que la película tiene el valor de la denuncia, pero como producto artístico deja mucho que desear…
Después de hacerme pasar, me indicaron la camilla arropada con sábanas limpias, y me pidieron que me sentara. Ambos intentaron, con sutiles argucias, ocultarme el cubo cilíndrico que reposaba debajo, y que contenía varios algodones manchados de rojo. No lo consiguieron.
– ¿Cómo estás, cómo te sientes? – me preguntó el médico varón con un tono amigable, mientras desenvolvía el instrumental y preparaba su espacio.
– Yo estoy perfectamente bien – bromeé-. Son ustedes quienes me dicen que no lo estoy.
Ambos sonrieron, quizás advirtiendo mi escaramuza para alejar los nervios mordisqueantes, perturbadores, que volvían mis movimientos torpes y de seguro daban a mi rostro una expresión parecida a la estupidez o el desamparo.
El médico aparentaba menos años de los que en verdad tendría, quizás debido al cabello largo, recogido en una cola, que le caeía sobre la espalda de la bata blanca. La mujer, trigueña, robusta, de fácil sonrisa. Después sabré un dato curioso: son marido y mujer. Tres niños de por medio.
– Primero préstame tu dedo – dijo él, en su mano el aguijón de pesadilla que en mi infancia aparecía para pincharme la punta de los cinco dedos de las dos manos. “Empezamos mal”, pienso con amargura. Siempre he preferido todas las agujas del mundo en brazos o nalgas, antes que ese filo sacándome gotas de sangre de las yemas.
Dicho y hecho. Un corrientazo en el del medio: “Siempre lo hago sin lástima – dijo él-. Si te lo hago con lástima puedo tener que pincharte dos veces”. Y yo asiento. Sí, definitivamente lo hace muy bien. Y sin nada de lástima.
Después, ambos se tomaron unos segundos. Otra vez habló él:
– Ya debes saber básicamente cómo es el proceso, pero igual te lo explicamos. Ahora deberás acostarte de lado en la camilla, en posición fetal. De frente a la pared y de espaldas a nosotros. Te agarras las piernas como cuando sientes mucho frío. Nosotros te vamos a bajar un poco el pantalón y te subiremos el pullover. Sentirás algunos pinchazos en la cresta ilíaca, específicamente en uno de esos dos pequeños orificios que están encima de las nalgas. Después, un ligero ardor: la anestesia.
“La anestesia para engañar a mi psiquis” pensé. Sabía perfectamente que sólo se adormecería la zona muscular, pero que más allá, a donde en verdad iríamos, no habría nada que hacer.
– Lo primero que haremos será tomar una muestra de la médula, en el interior del hueso – prosiguió él-. Ese es el medulograma. Ahí no sentirás casi nada. Después vendrá un poco de manipulación, y un poco de dolor quizás. Necesitamos tomar una muestra del hueso plano de la cadera para hacerle una biopsia. Lo más importante es que no te muevas por nada del mundo. Hay pacientes que gritan, y otros que dicen que fue más impresión que otra cosa… pero nada de movimiento, ¿ok?
Y yo asentí, sabiendo -por pura intuición- que esas historias de procedimientos indoloros, veloces, son tan hermosas como las historias de hadas, pero quizás un tanto más falsas. Son las descripciones de manual que los médicos, en su intento por evadirnos el dolor, nos colocan en el cerebro a modo de distracción. Pero solo eso. Ellos lo saben.
¿Qué sentí en ese segundo mortal, especie de “principio del fin”, en que ya tuve que colocarme en semejante posición de vulnerabilidad? Desamparo. Exactamente eso. Me sentía igual de indefenso, de voluble, que esos fetos a los que ahora pretendía imitar. La certeza de que nada de lo que viniera a partir de este momento, sería agradable. Y que no podría hacer nada para evitarlo.
Una serpiente helada, finísima, avanzando dentro de mí. Un primer pinchazo: el ardor ácido de la anestesia embrujando mis tejidos. Movimientos de los dedos del doctor sobre el área infiltrada, estimulando la superficie de la cadera con sus manos. Después, un segundo pinchazo. Y un tercero. Un dolor soportable aún: algo que penetraba cuidadosamente, que posaba una aguja allí donde la médula nace, y que succionaba parte de esa materia esponjosa.
Sí, dolor palpable. Mis manos aferradas a las barandas laterales de la camilla, sintiendo escalofríos y corrientazos que partían de mi organismo y terminaban mezclándose con el frío de la aguja. Algo así, más o menos: cuando la única guía es la imaginación y la percepción carnal uno no puede ser muy exacto.
Algunos minutos de dolor intenso pero controlable, y yo pensando, entre contracciones de muslos y mejillas: “Ya pasa, ya pasa, ya pasa”. Y en algún momento pasó. Dejé de sentir la culebrilla en mi interior, el material frígido de la aguja. Pero entonces la voz femenina, alentadora como de madre, dijo detrás de mí:
– Ahora vamos ya a la segunda parte. Fuerte ahí, venga.
Y ya nada volvió a ser racional, coherente. Nada volvió a ser controlable.
Un metal comenzó a avanzar centímetro a centímetro, brusco, violento, desplazando tejidos en busca de su objetivo: el hueso. Un trócar (lo vería después) enorme, cilindro que remata en punta, con otro cilindro en su interior, que ganaba terreno a duras penas por el empuje de manos entrenadas, y que por cada milímetro de avance me arrancaba muecas de dolor. Siempre adentro, siempre agudo: un trayecto de pocas pulgadas que yo advertía interminable.
Trócar empleado para las biopsias óseas
Un ligero chocar contra la cadera: la resistencia ósea. Y casi de inmediato la sensación indescriptible, impronunciable, extraverbal como casi todo lo sublime o terrible, del metal aferrándose al hueso e intentando desprender una partícula de hueso.
¿Puedo escoger un adjetivo para ese dolor? Sí. Pero es un adjetivo poético que solo yo puedo comprender, y solo yo puedo saber cuán exacto es. Este dolor no era “fulminante”, ni era “infernal”, según intentamos describir lo tremendo. Era, más bien, un dolor dulzón. Así de simple. Un dolor dulce que me hacía gritar sin abrir la boca, y que tensaba mis manos contra la baranda mientras allá adentro la punta de un cilindro filoso me lastimaba el hueso.
– Sentirás un tironcito – dijo una voz que no pude identificar: si él, si ella.
Y el tironcito llegó. Pero no desprendió nada: mi cadera siguió intacta. Unos segundos de reposo. Me atrevería a afirmar que de reposo para ellos mismos, vagamente decepcionados por no haberlo conseguido a la primera vez.
Entonces, en ese segundo grisáceo donde molestaba hasta el pensamiento, una puerta que se abre, que se cierra, y un olor que a estas alturas ya me era muy reconocible, arrimándoseme con sigilo. Una voz cimbreante: “Cómo se está portando mi muchacho”, que dispersa por un instante el espanto que me hace temblar, que me hace sudar las manos y los pies en medio de un clima antártico.
Su nombre: Lismary Cruz. La hematóloga que desde hacía una semana me saludaba a las siete y media con una sonrisa como un bálsamo, me auscultaba, respondía mis interminables preguntas con una presencia de ánimo más que profesional, angelical; y que junto con otros especialistas se dedicaba a algo que, al menos para mí, tenía no poca importancia: poner empeño y talento en función de preservarme la vida.
El pelo negrísimo, ondulado, resaltando sobre la piel blanca. De estatura baja, y con una belleza facial que le impedía –según sus simpáticas y ególatras palabras- asustar a un paciente sexagenario, junto a mi cama, que se aquejaba de hipo: “Tengo que buscar a alguien muy feo que te asuste y te quite ese hipo, querido. Yo, aunque quiera no puedo”. Y después, la sonrisa divertida.
– ¿Cómo se está portando mi muchacho? – dijo, su voz quebrando el momentáneo silencio.
Y alguien le respondió que excelente, que soy un hombre, que estaba aguantando sin moverme un milímetro, y yo con deseos de preguntar qué era un hombre, qué era aguantar, cómo se enfrentaba lo que ahora mismo sentía, y que comenzaba a crecer otra vez, a tomar más cuerpo, desde que esa voz masculina que a pesar de todo era tierna, me dijo: “Vamos otra vez”.
Lismary se aproximó a mí, puso sus manos cerca de las mías. Mi instinto pidiendo auxilio: tomé su mano como si fuera mi madre o mi hermana o mi novia: cuidando no lastimarla, amordazado por el dolor pero apaciguado porque, de alguna forma inconsciente, confiaba en ella más que en el resto. Presumía que si ella estaba nada muy malo podía pasarme. Aunque esto, en realidad, no fuera cierto.
Los impulsos con que debían introducir nuevamente el trócar me movían el torso. Por momentos eran tan fuertes que me giraban varios grados. Dolía. Dolía hondo. Y dulce. Me temblaban las piernas. El apoyo de Lismary me llegaba ahora subliminalmente al igual que su voz, hablando cerca, intentando calmarme, diciéndome “Estamos acabando” cuando en verdad no estábamos acabando; su voz que de repente, sin que ahora mismo yo pueda recordar por qué o cómo, me empezó a hablar de origamis, de las artísticas formas que algunos saben dar al papel, y de que ella misma sentía pasión por hacerlos.
“Me tienes que regalar alguno, jamás he tenido uno”, digo en un momento de lucidez y calma, para de inmediato cerrar los ojos y sentir que por fin las lágrimas me ganaban la pelea. Nacían apretadas contra los párpados. Y el trócar adjuntándose a mi hueso, mordiéndolo, intentando fijarse para quebrar un fragmento… cuando nuevamente llegó el tironcito, y nuevamente en falso.
Otra vez silencio. Yo los escucho callar. Y escucho un trajín de manos e instrumentos, y pasos que después comprenderé: la doctora debió ceder a la fuerza masculina. Mis huesos estaban demasiado duros. Así mismo me dirán. Por suerte, huesos jóvenes y fuertes; pero ahora por desgracia.
Los impulsos hacia dentro, la carne que no quiere, el dolor que ya es agridulce, que me provoca espasmos y breves quejidos que apago con las rodillas en mi boca. Quiero que todo termine ya. Quisiera que nunca hubiera comenzado. Me duele demasiado. Demasiado. A veces es como que perfora, otras como que se aplasta. No sé. Tampoco sé cómo no me desmayo por completo. Quizás es por la voz redentora de Lismary, que dice cosas que no comprendo pero que sí alivian; quizás es porque con mi sufrimiento les agradezco, después de todo, a estos médicos estupendos que se toman el trabajo de estudiarme y poner sus mejores nociones para mí.
Un crujir inaudible. Ningún oído lo escuchó. Más bien, lo escuchó mi interior. Y el trócar que vino ahora en sentido contrario, hacia afuera, aprisionando por fin una partícula amarillenta (los huesos no son blancos) que no veré, que no quiero saber si es milimétrica o inmensa, pero que terminó con una media hora de espanto.
Y ahora relajarme. A destensar los músculos. Sentir los algodones que me limpiaban, y que también irían a parar en el cubo cilíndrico bajo la camilla. Escuchar la voz de mi hematóloga diciendo: “Ya terminamos, ya terminamos…” con una secreta compasión que no podía confesarme, con una empatía por mi dolor que profesionalmente no podía demostrar, pero que yo sé que sí experimentaba.
Sentarme, ponerme de pie. Mirar a esos dos médicos jóvenes, futuros hematólogos también, que no permitían que ese breve espacio se llenara de gris a pesar del sufrimiento, y me dedicaban bromas y palabras de aliento. Sus nombres, que también habría de conocerlos después: Roy Román, Hany Trujillo. Los miré y pensé, por un segundo: yo no soy nada. Los artistas no son nada. Yo escribo para mí, yo no entrego mi vocación a nadie en especial, aunque mi producto finalmente sea consumido por alguien que no soy yo. Pero estas personas dedican cada segundo de sus vidas a trabajar para la salud de los demás. Benditos sean.
Casi sin poder respirar di mis primeros pasos. Les dije a ambos: “Muchas gracias. Ustedes son fenomenales”, y apoyado en mi doctora pequeñita eché a andar rumbo a mi cama en la sala 12 A. Cada paso una agonía.
Minutos más tarde, rabiando aún de miedo y de dolor, acostado bocabajo, debí sacarme la almohada de la cabeza y atender a la mujer que, nuevamente grácil, nuevamente oportuna, abría la palma de su mano y me extendía dos origamis en miniatura, acabados de hacer.
Lismary dijo que por portarme bien. Yo sonreí, sorprendido, agradecido: intuyendo que en ese par de formas me entregaba otras energías que quizás ni ella misma comprendiera aún. Para mis adentros tuve la clara sospecha de que esas figuritas endebles, de amarillo y rosado, origamis nacidos de una circunstancia tremenda, y al mismo tiempo, hermosa, se fijarían a mí en lo adelante como un conjuro de papel contra los duros tiempos por venir.
Ernesto Morales Licea. (Bayamo, Cuba, 1984)
Licenciado en Periodismo en la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba (2008). Narrador con diversos premios en concursos literarios de Cuba. Tiene varias publicaciones en medios digitales especializados.
e-Mail: ernestomorales25@gmail.com
Movil: (53) 52 93 3119
Que no sea nada y pronto se recupere. Yo sé de lo que habla Ernesto, con cuatro operaciones, terapias contra cáncer, numerosos ingresos, sé muy bien lo que son la mayoría de los médicos y el personal de la salud en Cuba. Por favor, si alguien sabe de este muchacho, o si estuviera en un hospital acá en La Habana, háganmelo saber, para interesarme.
Paco Ernesto es mi novio (aunque el no lo sabe aun, que bello es, me tiene loca), creo que me jodi porque es straight
http://desarraigos.blogspot.com/2010/12/mi-pais-de-origen-viola-mis-derechos.html
ramonp: ya eso está comentado acá.
Paco, sabras que a Yadaray que pretende nada menos que ser instructora de arte o algo asi, esta estudiando me dijo, pero me dijo que la habian desaprobado en la asignatura de Ingles. De nada valio que le mandara tres diccionarios de la lengua de Shakesperare. En mi opinion Yadarai nacio Chea y chea morira.
Le habian pedido traducir lo mas exactamente posible este pequeno parrafo.
«I know your are sorry my friend, but you can go to Picadilly Circus in London and get a new one.»
Ella tradujo asi:
«Yo se que eres un zorro mi amiga, pero tu puedes ir al Circo del Picadillo en Luyano y obtener una nueva.
Ah antes que se me olvide Bebo Morales el presidente de Bolivia, anuncio que disminuira la edad de retiro a 58 anos…. que les parece.
Chiquitica: me parece muy mal para Yadaray y muy bien para Bolivia, seguramente.
Paco si borras un comentario mio, voy a Cuba y de doy de galletas. NO podras ripostar pues soy dama.
Chiquitica: no me tientes, que por tar de verte soy capaz de borrar por primera vez a alguien 🙂
No creo que exista un solo cubano que no haya visto su cara alguna vez, en la pantalla grande o la chica, o en un escenario teatral. Es uno de los actores más reconocibles del panorama nacional.
Probablemente en ello influya el nada desdeñable dato de su filmografía: 80 obras, entre largometrajes y cortometrajes, películas cubanas y coproducciones extranjeras. Una cifra astronómica para un artista de esta Isla siempre limitada.
Desde películas antológicas como Clandestinos, o Adorables Mentiras; pasando por la Guantanamera que dirigió el más genial cineasta cubano de la historia, Tomás Gutiérrez Alea; y terminando hace muy poco con El Premio Flaco de Juan Carlos Cremata, Luis Alberto García se ha vuelto imprescindible en el empeño de valorar los procesos culturales de la nación cubana.
Entre otras cosas, porque se trata un actor con una sólida talla intelectual -como pocos- que le ha valido el respeto del público y de sus colegas, y que le ha llevado a enrolarse en proyectos que, para otros, serían de una impensable temeridad.
El personaje de Nicanor O´Donnell, en la serie de cortometrajes dirigidos por Eduardo del Llano, ha impactado enormemente en la sociedad cubana como un producto underground que se consume con avidez. Los cortos, a pesar de su circulación clandestina, han logrado repercusión en todos los ámbitos, incluyendo por supuesto el de internet.
Así pues, para el fisgón empedernido que soy, un contacto con “el Nicanor de verdad”, el hombre divertidísimo y de un verbo privilegiado que encarna al personaje, resultaba casi obligatorio.
Lo que reproduzco a continuación es un breve fragmento del diálogo que sostuvimos en su apartamento en Ciudad de la Habana, hace sólo cuatro días, mientras Luis Alberto alimentaba, intentaba dormir, y aseaba, a su pequeña bebé de dos meses de nacida (a quien nombró, por cierto, Vida).
La obligación de ser un papá amorosísimo no impidió que me concediera una excelente entrevista, cargada de ironías, reflexiones inteligentes, y mucha honestidad, que asumo será un texto especial dentro de mi ya concluido libro periodístico.
– Luis Alberto, en una entrevista con Edmundo García para “La noche se mueve”, dijiste que no te reconocías en las series cubanas, tampoco en la televisión nacional. Que no reconocías en ellas al país en que vives. ¿A qué crees tú que se deba este hecho?
Mira, el error siempre ha estado en esa especie de filosofía de “fortaleza sitiada” que han querido inculcarnos desde hace 50 años quienes nos dirigen.
Hay un pensamiento muy fuerte, extendido en todas las áreas, que dice que airear los trapos sucios, y tenderlos al sol, es debilitar el proceso. Siempre ellos lo han visto así. Desde “Palabras a los Intelectuales”, discurso de Fidel que pende sobre esa pregunta que me has hecho.
A partir del ´61 cuando Fidel dice aquello de “Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, se abren miles de interrogantes: ¿Quién decide qué obra artística es contra la Revolución o está a favor de esta? ¿Quién decide qué producto es beneficioso para un proceso social, y cuál no?
Siempre me ha parecido un poco absurdo, y luego la vida demostró lo dañino que ha sido ese pensamiento. Está muy bien dicho en un discurso, incluso es una gran frase, si se quiere, pero llevada a la práctica es un problema, porque entonces cuando un muchacho en Ciego de Ávila escribe una obra de teatro, ¿hay que llevársela a Fidel y decirle: “Comandante léase esta obra para que usted decida si está dentro o fuera de la Revolución”? Eso es un disparate.
Y como eso es imposible, nace entonces otro problema mayor: después de las palabras de Fidel, vienen las “interpretaciones de las palabras de Fidel”, y cada persona que ha ocupado un puesto clave en la cultura de este país, ha tenido un pensamiento diferente en ese sentido, dependiendo de sus prejuicios y de su nivel cultural.
¿Qué fue lo más fácil entonces? En lugar de lidiar obra a obra, autor por autor, pues dijeron así: “No hay que poner en las obras de arte los defectos del país, o los errores de la Revolución, o los problemas de nuestra sociedad, porque eso es darle armas a nuestros enemigos. Y como somos un país bloqueado darle armas a nuestros enemigos significa que una obra que muestre lo malo, lo feo de este país, es una obra que automáticamente se alinea al lado del enemigo”.
Eso es una barrabasada: pedirle al arte que no refleje su entorno. El artista no tiene otra alternativa que hablar de lo que ve, lo que le rodea, de cuán mal o cuán bien está su realidad. No le pidas peras al olmo.
Entonces lo que me pasa a mí como actor, y que le respondí a Edmundo, es que el reflejo de la realidad que vivo está tan distante de lo que veo en las series o en los programas de televisión, que no me reconozco, no encuentro en ellas ningún punto en común conmigo.
Qué sentido tiene, entonces, que todos los días en este país nos dijeran, cuando éramos niños, que no debíamos mentir, que debíamos decir la verdad, y que después cuando seamos adultos nos digan: “Sí, pero no toda la verdad”. O esa otra frase terrible que es: “No todas las verdades son para todos los oídos”.
Se trata de una cultura del oscurantismo, de tenerle la bola escondida a la gente, que es intolerable.
Yo, por ejemplo, todavía me estoy preguntando qué pasó con los muertos del Hospital Psiquiátrico “Mazorra”, el año pasado. Si el periódico de mi país dijo que se iba a abrir una investigación para conocer causas y sancionar culpables… ¿dónde está esa investigación?
Todavía me estoy preguntando qué pasó con los policías que le dieron una golpiza el equipo Industriales en el estadio de Sancti Spíritus, que está grabada por varios teléfonos y ha recorrido todas las computadoras de este país.
Alguien me dijo el otro día: “Fueron sancionados”. Bueno, pero es que yo tengo todo el derecho del mundo, como ciudadano de este país, a que me digan quiénes fueron los sancionados, y a cuánto, para que eso no vuelva a ocurrir.
Porque las imágenes de esa golpiza en el estadio de Sancti Spíritus no se diferencian en absolutamente nada de las que vi cuando fui a hacer Clandestinos: la policía batistiana aporreando a los muchachos del “Movimiento 26 de Julio” en el estadio del Cerro. Eran las mismas cachiporras, las mismas bofetadas, arrastrando gente por el piso. Y yo necesito, o mejor aún, exijo como ciudadano, que me den una explicación.
Otro ejemplo más abarcador: la decisión de poner el video que probaba los supuestos errores de Felipe Pérez Roque y Carlos Lage como altos funcionarios de este país, fue tomada en las altas esferas, supongo. Pero esa decisión aprobó que el video fuera mostrado sólo a los militantes del Partido Comunista.
Mi pregunta es muy simple: si ellos en verdad traicionaron, ¿traicionaron nada más que a los militantes del Partido, o fue a un pueblo entero que confiaba en sus gestiones y en su honestidad para mejorar la vida del ciudadano común?
Entonces, eso de que no todas las verdades son para todos los oídos, y que no todas las realidades pueden ser exhibidas en un país, es algo terrible. Es como vivir en una casa donde te han enseñado a pensar con cabeza propia, pero que cuando vas creciendo descubres que en esa casa hay habitaciones a las que no te dejan entrar, que las tienen cerradas a cal y canto. Inevitablemente, si eres una persona inteligente, y si de verdad la sed de conocimientos te mueve el piso, más tarde o más temprano vas a querer abrir esas puertas. Con permiso o sin permiso.
Lo que hace falta es voluntad política y honestidad para cambiar nuestros males, y para abordarlos sin hipocresía. Hace falta voluntad política para decir: “Señores, no hacemos nada con esconder la mierda. La mierda hay que tirarla contra el ventilador. La ropa sucia hay que lavarla, y sacarla al sol. Porque tú decides hoy esconderla en un cesto, y mañana en otro, pero el tiempo sigue pasando y algún día no nos van a alcanzar todos los cestos para tanta ropa que lavar”.
– Eso se emparenta mucho, Luis Alberto, con la respuesta que le diste a otro periodista, en Gibara, cuando este te pidió que resumieras con una frase lo que para ti significaba el corto “Brainstorm”. Le dijiste: “Los cubanos se merecen una mejor prensa…”
Desde luego.
Y eso lo que significa simplemente es: yo no quiero enterarme por canales extranjeros, por agencias extranjeras, por programas televisivos de otro país, de lo que sucede aquí donde yo vivo. Porque aunque los cubanos no tengamos internet o televisión por cable, esos materiales siempre nos llegan, y nos enteramos con días de retraso de las cosas que pasaron a nuestro alrededor.
No quiero que las noticias se sigan publicando en este país seis días después de que sucedan, y porque se forme una gran alharaca a nivel internacional y entonces de alguna manera haya que explicarle a la gente que algo ha ocurrido.
Yo quiero una prensa que me cuente sobre el país en que vivo. Que me informe. Pero que lo haga sin esconderme errores, ni adulterarme cifras.
Mire señor, si Zapata hizo una huelga de hambre y se murió, no es agradable tener que darle la noticia al pueblo. Cierto que no lo es. De cosas no agradables está llena la vida. Pero la gente de aquí dentro tiene derecho de conocer que eso ocurrió, y nadie debería escamotearles ese derecho.
Muchas veces vemos en el noticiero, por ejemplo, “Una respuesta a algo que dijo una bloguera en tal sitio” y tú sales a la calle y muchas veces las personas no conocen quién es esa persona. Entonces ni entienden esa respuesta oficial, ni pueden medir o valorar por sí mismos lo que dijo la bloguera.
Y lo triste es que a Yoani Sánchez la conoce el mundo entero, y alguien que puede vivir enfrente de su edificio no sabe quién es. Eso es humillante para los cubanos, ni más ni menos.
Por favor… hay que enfrentar al toro por los cuernos. Eso oxigenaría los pulmones de esta sociedad. Esa transparencia, esa veracidad sería vital para empezar a construir un mejor país.
Yo, por lo menos, sí necesito transparencia y verdad. Y cuando siento que me están escondiendo la bola, me irrito y después salgo a buscar la verdad que la prensa de mi país no ha querido ofrecerme.
Estoy seguro que eso le sucede a todo el que se niega rotundamente a comportarse como rebaño. Sin ánimos de ofender a nadie.
Paco el te menciona, aunque no diga tu nombre. (periodistas que esconden informacion, te suena conocido?)
Estás reciclando, esto lo vimos hace varios post atrás ;-). Me parece muy bien lo que dice Luis Alberto, incluyendo sus críticas a la prensa cubana.
La autora del blog Generación Y responde las preguntas de los lectores de DIARIO DE CUBA.
Tomás Hernández: ¿Cuánto le paga el gobierno americano y cuánto le paga a los blogueros disidentes en Cuba? Según el Chino a usted le gusta la cerveza Cristal o Bucanero. Para que lo sepas no soy ni comunista, ni del G2, soy cubano que defiendo mi país donde sea…
Yo tampoco soy comunista ni del G2 y como usted defiendo mi país donde sea. Disculpe que no conozca a ese Chino que dice saber tanto de mí, pero si me dan a elegir cuál bebida tomar, preferiría esa cerveza que un obrero de mi país pudiera pagarse con su salario, esa marca que algún día estará al acceso de todos; pero eso, lamentablemente, es una utopía dolorosa por el momento. En Cuba además de penalizarse la discrepancia, se ha penalizado la prosperidad. Desde la tribuna lanzan llamados a la austeridad, aunque ellos viven en casas con piscina, con whisky que llenan sus despensas, autos lujosos, criados que hacen las labores hogareñas y viajes en aviones personales cada vez que así lo desean. Han tratado de satanizar a los que poseen algo, a quien puede tomarse un mojito o remodelar su baño, sin para ello haber pagado con la moneda de la fidelidad ideológica, sin haber tenido que aplaudir para obtener un desahogo material. Yo, que nací en un cuartucho de seis metros cuadrados donde vivían seis personas, con baño colectivo y una cocina para todo el solar, no voy a aceptar que me impongan esos falsos preceptos de ascetismo militante, que sólo sirven para la simulación, para que ellos se muestren en uniformes militares mientras los trajes Christian Dior descansan en sus armarios. No solo hay que despenalizar la discrepancia sino también la prosperidad, que cualquier cubano tenga la posibilidad de decidir entre tomarse una cerveza u optar por un daiquiri. Mientras eso sea motivo de escarnio y crítica, estamos muy mal.
En cuanto a la primera parte de su pregunta, le confirmo que ningún gobierno del mundo tiene suficiente dinero en sus arcas para comprar mis opiniones. Soy autónoma económicamente, gracias a mis columnas periodísticas, mi libro Cuba Libre que ha tenido mucho éxito y mi trabajo como profesora de español para extranjeros. Mi autonomía financiera me ha traído independencia política y esa es la peor pesadilla del gobierno siempre que sus miembros piensan en que los cuentapropistas de hoy se convertirán en los críticos del mañana.
Julio García: Yoani, ¿a qué atribuyes que la bloguera Zoe Valdés y sus seguidores te cuestionen tanto? Considero que tu actuación contestataria desde Cuba es de un valor patriótico incalculable. Te felicito por tus éxitos y te exhorto a seguir adelante con tu lucha por la libertad.
Gracias por tus felicitaciones y elogios. Solo la escritora Zoe Valdés conoce el motivo de sus cuestionamientos y solo ella podría responder esa pregunta. En cuanto a mí nunca la he cuestionado ni he sospechado nada oscuro en sus actuaciones. He leído casi todos sus libros y me parece una figura indispensable, tanto en nuestra literatura como en el conocimiento de nuestra compleja realidad. No soy dada a recoger el pañuelo del insulto, quizás porque nací en un solar de Cayo Hueso, donde cada uno de los vecinos tenía un motivo de enemistad o de pendencia contra el otro. Ese clima de enfrentamiento constante, de bronca y ofensa por cualquier cosa, me hicieron en un momento de mi vida plantearme si quería continuar el ciclo de la crispación o emprender el de la armonía. Opté por este último. Nadie oirá salir de mi boca un agravio contra otro, un ataque personal ni un descalificativo. Concentro mi palabra y mi acción en denunciar lo que no me gusta en mi país y las arbitrariedades que comete el gobierno cubano.
Joel García: Hola Yoani. ¿Qué esperanzas tienes a corto o medio plazo de que se elimine definitivamente la vergüenza que supone pedir permiso a tu propio gobierno para poder salir y regresar a tu país, así como todas las condiciones a que se obliga a los cubanos, como pagar una especie de ‘alquiler’ a los consulados o embajadas mensualmente y la pérdida de derechos y propiedades sino regresas a los once meses? Saludos del creador del blog Un Cubano en Canarias (tú fuiste la inspiración que me ayudo).
Aunque el gobierno cubano comete peores violaciones contra los derechos ciudadanos, éste, que se refiere a la libertad de movimiento, es el que tiene menos posibilidades de ser justificado o defendido con argumentos aceptables. Como he dicho ya, la prioridad es que se despenalice la discrepancia política, pero también hay que despenalizar la libertad de movimiento. Para no tener que sufrir otra frustración prefiero renunciar a las esperanzas de que sean ellos quienes eliminen esas restricciones. A nosotros los ciudadanos nos corresponde empujar en la dirección del fin del absurdo migratorio y denunciar las limitaciones a las que estamos sometidos para entrar y salir de nuestro propio país.
El Lapón Libre: Estimada Yoani, ¿de dónde saca fuerzas y valor tan hercúleos una mujer tan físicamente —en apariencia— frágil como tú, para enfrentar el peso de todo un ejército de policías, paramilitares, chivatos, abusadores, oportunistas, rastreros, raptores, pandilleros, quienes en nombre del gobierno de nuestro país te acosan e intentan hacerte la vida imposible a diario a ti y, quizás, indirectamente, a tu familia?
Si tuviera que soportar físicamente el peso de quienes cuentan con la fuerza como única razón, hace mucho tiempo ya que estuviera aplastada. Por suerte, la fuerza de los argumentos está de parte de todos los que nos atrevemos a decir nuestra verdad. El riesgo es inmenso, pero la satisfacción es mayor. Entre los elementos que me ayudan a continuar, está el ver cómo la blogósfera alternativa ha crecido y madurado en estos tres años. La existencia de voces como Claudia Cadelo, Iván García, Miriam Celaya, Dimas Castellano, Orlando Luis Pardo Lazo y todos aquellos que forman parte del proyecto http://www.vocescubanas.com o tienen su espacio digital alojado en otras plataformas, es un gran estímulo. Comprender que cada vez somos más los que nos atrevemos a opinar, es un consuelo y me hace sentir más protegida.
El Lapón Libre: Adorable Yoani, estudiaste Filología y has devenido en una de las mejores periodistas de la blogosfera ‘alternativa’ cubana. Sin embargo creo que en una Cuba futura, perderíamos mucho si sólo ganamos a una profesional de periodismo ¿No has pensado en pasarte a la carrera política una vez llegada la soñada democracia? Por favor, piénsatelo bien porque necesitamos con urgencia en la futura dirección del país a personas con ideas frescas, abiertas, profundas, libres y plurales.
Te agradezco mucho esa pregunta porque me permite dar esta explicación: Aspiro a que en el futuro de Cuba no tengamos dirigentes sino servidores públicos, no líderes sino administradores honestos de nuestras riquezas. Sueño que los «timoneles» del mañana no conduzcan esta Isla a su capricho, sino siguiendo los dictados de la razón avalados por la opinión pública. En esa nueva forma de hacer política quiero estar presente con las mismas atribuciones ciudadanas que el resto de los cubanos. La palabra «política» se ha cargado de significado negativo en nuestra vida nacional, de ahí que cuando alguien quiere insultar a otro le llega incluso a decir «tú lo que estás interesado por la política». Se da también la otra contraparte, de gente talentosa, con energía, con mucho que decir y hacer por su patria, que justifican su inercia bajo la frase de «a mí no me interesa la política». Me encantaría vivir en una isla donde haya 11 millones de personas interesadas en la política, 11 millones de gente aspirando a ser presidentes, porque eso quiere decir que todos están pendientes y atentos al destino nacional.
En mi caso particular soy una persona de las letras, la palabra, el periodismo, y en esa dirección quiero enfocar mis próximos años. Creo que más que figuras en la silla presidencial, este país está necesitado de ciudadanos, de libre flujo informativo y especialmente de libertades. Ahí me tendrán: en la tinta fresca de los periódicos, en las revelaciones necesarias que tendrán que hacerse sobre nuestro pasado y nuestro presente, anhelando estar en la vanguardia de la libertad informativa que nos hará también mejores seres políticos.
Margarita Fabelo: Usted aceptó entre otras condecoraciones la llamada medalla de la ‘libertad’ que otorga el CLC desde Miami. Esta organización invierte millones en mantener el bloqueo a Cuba, apoyó y busca que los cubanos no puedan ir a ver sus familiares a la Isla cuando les plazca, así como enviarle remesas de ayuda. Declaran patriota a Luis Posada Carriles y algunos de sus directores han pedido públicamente que los EE UU invada a Cuba, además han financiado actos terroristas y han sido aliados en América Latina de golpes de estado. ¿Cómo usted recibe y agradece, como hizo, reconocimiento de este tipo de personas?
No juzgo al CLC de Miami por lo que atesora usted sobre su pasado, sino porque decidió reconocer a una humilde ciudadana que está contra el bloqueo, que suscribe el derecho de los ciudadanos norteamericanos de viajar a Cuba, que es enemiga del terrorismo y de los golpes de estado. ¿Aceptaría usted una condecoración del gobierno de Cuba?
Jorge Macías: Hola Yoani, después de más de un año, ¿consideras que las respuestas que aparecen en la entrevista que le concediste a Salim Lamrani fueron manipuladas por parte de él, o podemos decir que esas fueron verdaderamente tus respuestas y que en ese momento tuviste poco juicio y perspectiva? Te lo pregunto porque hubo un serio intento de desprestigiarte usando el contenido de esa entrevista, y eso fue motivo de preocupación para todos los que lo que te consideramos un ejemplo de honestidad y valentía en medio del panorama desolador que tenemos en nuestra patria.
El señor Salim Lamrani cometió uno de los peores pecados periodísticos que se pueda hacer, el publicar una entrevista semi apócrifa, con el agravante de negarle a su entrevistado el derecho a réplica en los mismos medios donde la divulgó. Si yo careciera de ética podría poner en mi blog alguna tontería y varias estupideces en su boca después de haberle formulado una pregunta en apariencia brillante. Eso lo sabe hacer cualquiera. Pienso que el traspié que él me propinó con su adulteración de mis palabras estaba pensado para que yo saltara iracunda, nombrara un abogado, lo emplazara públicamente. Pero como soy un poco zen, he dejado que sea la vida la que lo ponga todo en su lugar. No ha pasado ni un año y ya yo he tenido infinitas oportunidades para demostrarles a mis lectores que no soy esa oligofrénica —con respuestas de monosílabos— que el señor Lamrani quiso mostrar. Él, sin embargo, creo que ha visto dañado seriamente su futuro académico y periodístico, puesto que ahora le será difícil encontrar un entrevistado que confié en su seriedad.
La vez que vi al señor Lamarani, éste estaba hospedado en el lujoso hotel Plaza, y me pareció notar en él un rastro de honestidad y muchas lagunas en el tema de Cuba. Si él hubiera transcrito literalmente nuestro encuentro de esa tarde, créame que el saldo hubiera sido totalmente contrario a ese que mostró. De ahí que se haya negado una y otra vez a presentar la grabación, prueba para mí más que suficiente para descartar su entrevista como confiable. Sin embargo, presiento que en realidad no lo ha hecho con mala intención sino presionado por poderes superiores a su decisión personal. Por eso demoró más de tres meses en «acomodar» mis palabras y en rehacer sus preguntas. No obstante me quedo con la mejor imagen de aquella tarde: el abrazo que me dio antes de despedirse, el apretón de manos deseándome suerte que me brindó antes de separarnos. Lo qué pasó después, las razones que lo llevaron a adulterar lo ocurrido, sólo él y su conciencia lo saben. Un día lo volveré a encontrar y se cumplirá aquel refrán que mi abuela repetía tanto y que es una máxima en mi vida «la mentira puede correr cien años, la verdad la alcanza en un día». Él ha perdido más que yo y además me ayudó a aprender una lección importante, que no todos los periodistas son honestos, que no todos los entrevistadores están dispuestos a servir de canal imparcial a las ideas de otro.
El Lapón Libre: Hola de nuevo Yoani y te ofrezco disculpas a ti y a los demás participantes por pecar de ‘preguntón’, pero es que soy un profesional del periodismo, por tanto cuestionar cosas es mi gran vicio, además de que no siempre se tiene la suerte de intercambiar criterios con una heroína de carne y hueso y en plena trinchera de combate. He leído tus crónicas y todas me llegan al corazón. Sin embargo, he notado que desde hace un tiempo te has ‘encerrado’ —quizás inconscientemente— en cierta obsesión por la anulación del permiso de salida para los cubanos que habitan en la isla. ¿No has pensado que esa fijación temática más allá del derecho legítimo que te asiste como ciudadana libre y soberana, pudiera ser el talón de Aquiles que aprieta el gobierno todo el tiempo porque sabe que te duele y desespera, negándote una y otra vez la famosa e irritante ‘carta blanca’?
Te agradezco la observación crítica, pero ni me he «encerrado» ni tengo esa obsesión ni se trata de una fijación temática. Creo que la violación de ese derecho de entrar y salir libremente del país es el talón de Aquiles del gobierno, o sea es en ese punto donde éste es vulnerable. No tengo esa ansiedad por viajar que exhiben muchos de mis compatriotas que nunca han podido salir de esta Isla. De manera que mi insistencia es más un deseo de derrumbar el muro del absurdo migratorio para que otros puedan moverse libremente, que buscando el beneficio personal de salir. Conozco el afuera, he viajado, mi horizonte es más amplio que este archipiélago. Cada día que me dejan aquí son 24 horas que gano de proyectos personales y colectivos para realizar dentro de mi país. Como me dijo mi amigo Dagoberto Valdés: «Si me dejan salir pierden, si no me dejan salir también pierden».
Gotenberg Boy: Yoani, si Cervantes escribió que donde hay música no puede existir nada malo, yo te digo que donde esté tu risa de futuro limpio tampoco. Disculpa el piropo antes de la pregunta, pero es inevitable. Irreparable. ¿Será posible que contigo la oposición-disidencia-ciudadanía cubanas hayan recuperado, después de tantas décadas de disciplina seria en sepia, ese colorido don humano que abole todo totalitarismo, y que es la belleza libre de sonreír, incluso ante el verdugo y en medio de las alambradas?
Gracias por el piropo. Mi generación llega a la adultez en los momentos en que se ha desvanecido el hechizo que hipnotizó a la juventud de los años 60. El tiempo ha transcurrido y del sombrero del mago no acaba de salir el milagroso conejo prometido. El rostro adusto y severo del disciplinado soldado dispuesto siempre a obedecer sin preguntar, resultó ser una máscara. No solo tenemos que recuperar la sonrisa, también tendremos que adquirir nuevas virtudes ciudadanas para poder habitar la Cuba del futuro. Tenemos que retornar al gusto por la vida, creo que la fuente principal de mi energía para llevar a cabo estas tareas, es precisamente que soy una persona muy feliz en el ámbito personal, en el marco de mi familia. Amo y soy amada, tengo un hijo maravilloso con el que sostengo una comunicación amplia y respetuosa, mis padres me apoyan en lo que hago, tengo una perra sata y un gato barcino que también me regalan su afecto. Esa corriente de amor se ve en todo lo que hago, me ayuda a no tener la carga sobria y amargada que exhiben quienes gobiernan mi país. Nadie va a quitarme la sonrisa, ni aunque me metan otra vez a la fuerza en un Geely, me amenacen con la prisión, eleven el grado de insulto alrededor mío. Ninguna de esas acciones tiene acceso a la fuente real de donde nace mi alegría.
David Hernández: Hola Yoani. ¿Cómo haces para postear en tu blog? Sé que no debe ser fácil, y algo he leído al respecto, pero me gustaría que lo contaras. Gracias, y con admiración, desde Canadá.
Los detalles técnicos de cómo logro publicar en Internet los he descrito frecuentemente en mi blog y en realidad no han variado mucho en estos dos años. Desde marzo de 2008 el gobierno cubano implementó un filtro que me impide acceder a Generación Y desde los hoteles y otros sitios públicos. Una pantalla en blanco es el resultado cuando escribo la dirección web que me debería llevar a mi blog. Eso me hizo encontrar caminos paralelos para mantener vivo mi espacio virtual. Uno de ellos es escribir varios textos en casa, lo cual dado el carácter reflexivo y de opinión que tiene GY puedo hacer sin miedo a que se pongan viejos los temas. Cuando acumulo tres o cuatro, me voy a un hotel y compro una tarjeta de conexión para enviar por correo electrónico los posts a varios comentaristas de mi blog que se han convertido en mis editores para lograr publicar. Cuando no puedo conectarme en un hotel, ya sea porque la conexión no funciona —cosa que pasa frecuentemente—, el cerco policial no me deja acercarme o no tengo el dinero para hacerlo, entonces envío un sms a alguno de estos amigos para que me llame y grabe el texto leído a través de la línea telefónica.
En los últimos meses descubrí otro camino que me gusta explicarlo diciendo: si los cubanos fuimos capaces de hacer el picadillo de carne sin carne —con cáscara de plátano— cómo no vamos a crear la internet sin internet. Se trata de escribir el post y una vez terminado marcar la tecla Prt SC que le hace una foto a la pantalla del ordenador, pongo esa imagen en un programa donde la corto y la guardo en formato .gif y entonces la ubico dentro de mi móvil. A través del servicio de MMS de Cubacel, envío esa imagen a mis editores que transcriben el texto y lo publican. Así han salido la mayoría de mis textos de los últimos meses y así he ayudado a otros a conocer ese camino alternativo hacia la gran telaraña mundial. Twitter, por su parte, es otra historia. Desde agosto del año pasado aprendí que ese servicio de microblogging tiene un método de publicación por sms para personas sin acceso a la Web. Eso me ha permitido completar los textos reflexivos de mi blog, con la inmediatez que logran dichos mensajes en 140 caracteres. He impartido ya tres cursos de móvil-activismo para traspasar esos conocimientos a otros blogueros, periodistas independientes y personas que están haciendo una labor cívica o cultural. Cada nuevo truco informático que aprendo, es como un código abierto, un software de licencia libre al que todos pueden acercarse.
Alberto Sanabria ¿Qué crees de la posición que dice que pedir elecciones como pone la ley Helms-Burton es ‘comenzar por el final’ y que ahora lo fundamental es lograr los derechos de viaje ‘para todos’, cubanos y norteamericanos?
Una cosa es «lo fundamental» y otra «lo prioritario». En el variado abanico de posiciones políticas cada tendencia tiene sus fundamentos y prioridades. La ley Helms-Burton es norteamericana y no puede tener vigencia en Cuba. Muchos países celebran elecciones y no son democráticos, otros tienen derecho a viajar y viven en la miseria o sufren represiones. En lo personal creo que la prioridad sería tener el derecho a opinar libremente y a asociarse civilizadamente alrededor de las ideas preferidas; solo entonces tendría sentido elegir el sitio por donde podemos empezar a reconstruir el país.
Luisa Agosti: querida mujer valerosa, hace tiempo que te observo luchar a tu manera, clandestina y pública, un poco como el zorro mexicano. Mi pregunta es: ¿cuánto tiempo te queda para la ternura, la sexualidad y el amor? Yo voy a Cuba en noviembre. Llevo un documental italiano que se titula ‘Se vive de amor’. Se exhibirá en la escuela Dante Alighieri. Me encantará que lo veas. Si prefieres más privacidad lo podemos ver juntas en otro lugar. Quisiera entrevistarte sobre eso. Con amor solidario.
Si existiera un mercado del tiempo trataría de adquirir días de 72 horas, para poder escribir todos los textos que se me ocurren, seguir adentrándome en el mundo de la informática, ayudar a un número mayor de personas a encontrar su propio camino de expresión y poder responder entrevistas como esta con menos tardanza que en esta ocasión. El amor, la ternura y hasta el sexo lo llevo «sobre la marcha». Nada es tan tierno y amoroso como renunciar a la hipocresía. Nada es más erótico que ejercer la libertad en lugares prohibidos.
Edelberto García León: Yoani, sé que usted no es economista pero quisiera conocer su opinión sobre el siguiente tema. ¿Considera que el gobierno de Cuba esté estudiando algún mecanismo para integrar la participación de su diáspora en la economía nacional y así maximizar, por ejemplo, el efecto positivo de las remesas en el desarrollo económico y social? ¿No cree usted que el crecimiento económico tiene que integrar esta vital fuente suplementaria de capitales y dar participación a su diáspora, la cual se compone esencialmente de emprendedores en el extranjero? ¿Sería un desafío en la actual coyuntura convencer a la población de invertir un porcentaje de sus ingresos en lugar de dedicar prácticamente la totalidad al consumo? Gracias.
No soy economista, pero sufro como cualquier cubano las consecuencias de los disparates que se cometen en Cuba en ese sector. Que yo tenga noticias, no hay en estudio ningún mecanismo para integrar a la diáspora en la economía nacional. En los años 60, 70 y 80 los cubanos que decidieron o que se vieron en la necesidad de emigrar eran vistos como «traidores a la patria». Ya en la década del 90 el lenguaje oficial se suavizó y se empezó a hablar de emigrantes económicos. Si tomáramos como cierto ese argumento oficial, resultaría irónico que la economía de una nación tenga que encontrar la solución a sus problemas precisamente con la participación de quienes salieron del país «por motivos económicos». Pienso que todos somos cubanos, vivamos en Madagascar o en el Polo Sur, y que todos tenemos no solo el derecho sino incluso el deber de participar.
En relación a eso de convencer a la población de invertir un porcentaje de sus ingresos en lugar de dedicarlos totalmente al consumo, creo que sería una tarea para cuando la población reciba ingresos propiamente dicho y no limosnas y para cuando exista la posibilidad de consumir, no de sobrevivir.
Carlos: Yoani, ¿cuándo cree usted que habrá democracia en Cuba?
Veinticuatro horas después de que todos nos lo propongamos.
Luisa Rodríguez Espejel: Yoani, con todo respeto. Por tus declaraciones se observa que has de ser una bloguera y que no sólo pretendes tener una participación activa en una futura transición a la democracia en Cuba (cosa que aplaudo). Lo que yo veo en ti es que tienes aspiraciones políticas muy claras, que están muy bien, sólo respetaría más que ya no te presentaras como una ‘simple bloguera’.
No solo una simple bloguera, sino también un simple guagüero, un simple albañil, una simple enfermera, en fin, simples ciudadanos, seremos los protagonistas de la única democracia posible del siglo XXI, sin líderes ni héroes, ni dirigentes, ni nada parecido.
Humberto Herrera Guerra: Yoani el ex presidente Fidel Castro la acusó de hacer labor de zapa con su blog, y ciertamente su blog es generosamente traducido en más de 15 idiomas cada vez que escribe algo, y sus textos son todos catastrofistas de la realidad cubana, a pesar de los logros alcanzados en 50 años de Revolución y reconocidos por muchos ¿Puede explicar usted esta aparente contradicción?
¿A cuál contradicción se refiere usted? A que el ex presidente acuse de labor de zapa a un blog traducido por voluntarios a veinte y dos lenguas, o que a pesar de los logros alcanzados en 50 años alguien pueda escribir textos tenidos por catastrofistas sin ser considerado un escritor de ciencia ficción?
Por cierto, aprovecho su pregunta para agradecer a toda esa gente maravillosa que me ha brindado su talento y su tiempo para llevar mis textos a los idiomas más increíbles. Ellos mismos han formado una comunidad que ha extendido su solidaridad a toda la blogósfera, como puede verse en el sitio http://hemosoido.com y sé que algunos de estos traductores se han convertido entre ellos en amigos en la vida real. Sin ellos, nada sería posible. En la lógica —muy marcada por la teoría de la conspiración— que tienen ciertos gobiernos, no conciben que los ciudadanos podamos agruparnos por intereses afines, colaborar en proyectos conjuntos sin que detrás de nosotros esté un partido, un organismo extranjero, el dinero o una ideología. Si los gobiernos se levantaran un día y se percataran del poder que tiene la iniciativa de los individuos y la fuerza que alcanzan cuando se juntan, créeme que perderían el sueño.
Ermenegildo López: ¡Muchas felicidades, Yoani! Te admiro mucho, eres la bandera de nuestra generación. Quería preguntarte si crees fundados los rumores de que Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl, sucederá a su padre en el poder eventualmente. ¡Ánimo y sigue adelante!
Los rumores son eso, rumores. Lo que ocurre en palacio, se queda en palacio y a los ciudadanos sólo nos ha quedado especular mientras ellos se reparten el pastel nacional allá arriba. Creo que el fundamento que tiene este rumor que mencionas pudiera encontrarse en las tendencias nepotistas que se asoman, pero no estamos en Corea del Norte. En la medida en que Raúl Castro perfile que heredará el poder a su hijo, como si de un feudo familiar se tratara, dejará al descubierto con más claridad ante la comunidad internacional y ante nosotros mismos, el carácter dictatorial del sistema. La sucesión dinástica quizás podría mantener por unos años más los privilegios en manos de una casta militar, pero terminaría por hundir la poca credibilidad que le queda al gobierno.
Dolores del Risco: ¿Podrías darnos tu opinión acerca del motivo que mueve a Zoe Valdés a criticarte y burlarse de ti?
Tendría primero que leer las críticas y las burlas, después tendría que conocer sus motivos y entonces podría opinar. Como no tengo prácticamente acceso a Internet, padezco y disfruto de algo que he dado en llamar «la ingenuidad del desconectado». Eso sí, le reconozco a Zoe Valdés y a cualquier otra persona que habita este planeta el derecho a criticar y a burlarse de quien ella quiera. Las personas que tenemos un accionar público debemos aprender a vivir con eso, sin molestarnos. Cuando algún amigo me pregunta sobre el efecto que logran los insultos denigrantes en mí, le respondo mitad en broma y mitad en serio: No te preocupes, usé aparatos en los dientes y espejuelos durante toda la infancia, así que tengo la piel curtida contra la burla y el escarnio. Hasta yo misma me río cuando me acuerdo de aquella niña delgaducha con sus gafas de plástico y gruesos cristales, con una sonrisa marcada por el metal de la ortodoncia.
Ulises Briones: Yoani, quisiera saber cómo te gustaría integrarte en una sociedad cubana del futuro con todas las garantías y derechos como cualquier país del mundo.
En esa hipotética sociedad cubana del futuro tendremos que caber todos. Allí aspiro a integrarme en el mundo de los medios de difusión, en fomentar los pilares de una prensa libre. Me verán detrás de la noticia, en el proceso de revisar nuestra historia nacional. Este país está necesitado de argumentos, palabras, opiniones, no de caudillos.
Gabriel Delpino: Soy un gran admirador tuyo. ¿Podrías elaborar algo tu proyecto de fundar un medio independiente de prensa en Cuba financiado con el dinero recibido con tus premios?
Ya conozco a las personas dispuestas a colaborar con su talento, cuento con su entusiasmo para crear un medio de prensa que esté fuera del monopolio informativo oficial. Pienso en un medio digital, por el momento, mientras podamos recopilar recursos para que pase al papel y a una tirada mayor que llegue a cada provincia. Tenemos el concepto y hasta el nombre y la decisión de no esperar «al día después de» para que empiece a funcionar. Usaré el monto de mis premios para darle el empujón inicial, puesto que no quiero malgastar esos recursos en comprarme una camiseta Adidas o en ponerme un par de dientes de oro; quiero utilizar mis recursos personales en la información. Este gobierno tiene que aprender a vivir con ciudadanos empoderados informativa y materialmente. Como pienso pasar el resto de mi vida en Cuba, tengo tiempo para realizar ese sueño, cuento con amigos, colegas y hasta propuestas de inversionistas para lograrlo.
Lázaro Buría Pérez: ¿Ves alguna relación entre dogmas y preceptos de la revolución cubana y los que caracterizan a las religiones? Y si piensas que la hay, ¿cómo se manifiesta en ella —o sea, en esa ‘religiosidad revolucionaria’—, la ‘guerra de sexos’ y las contradicciones sobre la sexualidad humana tal y como se perciben por la ciencia y la política en el mundo globalizado que vivimos hoy? ¿Cuánto tiempo podría faltar para que ‘la máxima figura del gobierno’ de la Isla, fuera mujer?
La revolución cubana es una religión donde abundan los ateos y donde sobran los ritos y falta la fe. No se rige por dogmas sino por una dogmática voluntad. En medio de la gran batalla generacional e ideológica que padecemos la Guerra de Sexos se mezcla con otros conflictos de corte político que la distorsionan y hasta enmascaran. En relación a la pregunta de cuándo tendremos a una mujer como «máxima figura del gobierno» estuve tentada a responderla con un chiste: Lo que dure una cirugía de cambio de sexo. Pero no, no tengo una respuesta, porque lo que ahora me preocupa es el tiempo que falta para que nuestros gobernantes sean elegidos por la voluntad popular. Si llevan saya o portañuela no es algo que me inquiete ahora, pienso más bien en que sepan servirnos y administrar el país, sin ansias de convertirlo en un feudo personal.
Víctor: Hola Yoani, gracias por tu valentía y sobre todo creatividad. Te quería preguntar quién sería para ti un líder político cubano que puede aunar a toda la disidencia. Aquí en España, fue Adolfo Suárez el motor del cambio de la dictadura a la democracia. Muchas gracias y ánimo.
En los años que duró la dictadura franquista hubo muchos individuos con similares características a las de Adolfo Suárez que no tuvieron la oportunidad de jugar un papel en la transición a la democracia, unos fueron asesinados, otros se consumieron en las cárceles u optaron por la simulación o el silencio, muchos marcharon al exilio. Puedo suponer que aquí en Cuba en cincuenta años hemos perdido al menos dos generaciones de políticos capaces de proponer una plataforma diferente a la del Partido Comunista y que ya estamos a punto de perder la tercera. Mi lista de candidatos estará incompleta hasta tanto no pueda escuchar expresarse libremente a todos los que tengan algo que decir. Probablemente nuestro próximo presidente está ahora mismo jugando béisbol en una calle habanera o vendiendo plátanos en una carretera recóndita de algún lugar de esta Isla. Sólo deseo que sus ansias de protagonismo no sean superiores a sus deberes para con el país. Sueño con que la próxima revolución que nos aguarda sea la de los ciudadanos, la de los seres pequeños, la gente anónima y no la de las figuras conocidas y con pedigrí.
Ernesto Gutiérrez Tamargo: Hola Yoani. Ante todo felicitarte por tu trabajo informativo y valiente de divulgar, desde una nueva forma de hacer periodismo, las verdades de nuestro país. La pregunta: ¿Sabe realmente la gente (de la calle cubana —porque en el exilio lo sabemos—) lo que haces? ¿Hay impacto en la prensa ‘oficial u oficialista’ por tu trabajo divulgativo-informativo? ¿Te dejan actuar libremente como informadora o simplemente te toleran (por miedo o cautela)? Gracias. Y un fuerte abrazo.
Frecuentemente me encuentro con personas en la calle que me regalan sus palabras de ánimo y de apoyo, la mayoría no tiene acceso a internet, pero han visto grabaciones de los programas que se captan a través de las ilegales antenas parabólicas o CDs donde se reproduce el blog Generación Y. Al mismo tiempo, la blogósfera alternativa no puede competir en popularidad con la telenovela brasileña que ponen por la tele nacional tres veces por semana. No obstante nada hay tan atractivo como lo prohibido, y podría asegurar que al menos los gestores de opinión de esta sociedad sí están enterados y atentos a nuestros textos.
No se trata de que «me dejen actuar libremente» sino de que yo me levanto cada día proponiéndome comportarme como una persona libre. Es mi elección, no una autorización que me han dado. Si en realidad me toleraran no me estarían persiguiendo todo el día ni me secuestraran ni me prohibirían entrar a los centros culturales ni me hubieran negado ocho veces el permiso de salida para viajar al extranjero. Es cierto que no han abandonado en una cuneta mi cuerpo sin vida, ni que han inventado una causa judicial para encarcelarme, pero no creo que eso sea algo que tenga que agradecerles. No se trata de que toleren o permitan los nuevos fenómenos cívicos que han emergido en los últimos años, sino que ya no pueden detenerlos, la tecnología, el sacrificio de otros que fueron maltratados y encarcelados con anterioridad, la visibilidad internacional que permite esa herramienta maravillosa que es Internet, nos ha permitido llegar hasta aquí.
Hildegardis Ferreira: Antes de tudo, tens a minha admiração e respeito. Através do http://universitarioskariri.blogspot.com/ tenho divulgado e acompanhado o Geração Y. Pergunto: Qual seria mais outra maneira que eu poder ia ajudar em defesa de todos aqueles que bradam esse grito de liberdad? Saudações a todos! Hildegardis Ferreira Barbalha, Ceará, Brasil.
La mejor manera de ayudar a los que se expresan sin miedo es divulgando lo que ellos hacen. Hay una dinámica que parece un poco contradictoria pero que está funcionando muy bien en el caso de los blogueros alternativos cubanos: al expresarnos públicamente corremos mayor riesgo, pero también ese ejercicio de transparencia nos protege generando alrededor nuestro la protección que ofrecen los lectores, comentaristas y seguidores de nuestros textos en cualquier parte del mundo.
Caleb Vega: La pregunta es para ti y para todos los cubanos. ¿Cómo has podido sobrevivir sin que se te haya podido señalar o acusar por delitos comunes si lo más común en Cuba es cometer delitos para poder vivir? Días atrás el ‘Granma’ recogió una palabra del propio Raúl donde dice que el salario es insuficiente. El problema no es solo buscar la parte del salario que no recibimos por otras vía poco ortodoxas, sino también cuando tenemos el dinero por las vías que sean, donado, regalado o mal habido, adquirir los productos se convierte en un delito porque éstos, vendidos en los mercados alternativos, son de procedencia dudosa. Mantente firme y no dejes empañar tu nombre, Cuba necesita de gentes como tú.
Gracias a que los once millones de habitantes de la Isla no cabemos todos en las cárceles, el gobierno se ve impedido de castigar cada uno de los pequeños y cotidianos delitos que se cometen para sobrevivir. Por otra parte, esa supuesta permisibilidad, esa «vista gorda» funciona como una válvula de escape y paradójicamente como una forma de represión. Cuando alguien hace algo fuera de la ley, sea lo que sea, vender durofrío sin licencia o comprarle leche de vaca a un campesino, trata de hacerse invisible, evita hacerse notar y eso hunde a las personas en el silencio cómplice. Es cierto que desde que comencé a opinar he tenido que cuidarme mucho de las posibles trampas que vienen enmascaradas en un vendedor de mariscos en la puerta, o una señora ofreciendo queso en la escalera. Incluso uno de los efectos colaterales que ha tenido la permanente vigilancia en los alrededores de mi edificio de los «inquietos muchachos de la Seguridad del Estado» ha sido precisamente la reducción del número de vendedores de mercado negro que recorren estos 14 pisos.
El día que quieran fabricarme una causa por esos delitos comunes lo harán, pero al menos tengo el alivio anticipado de que esas técnicas ya son muy conocidas desde los tiempos de la KGB y convencen a muy pocas personas hoy en día.
Néstor Hernández, España: Hola Yoani, soy un fiel lector de tu blog y admiro tu lucha por restablecer las libertades al pueblo cubano; me gustaría saber tu opinión sobre cómo lograr cambiar la abulia de nuestro pueblo, qué opina la gente de verdad allí en Cuba y por qué no se acaba de producir el estallido social que tanta gente desea en la Isla. Un saludo y que sepas que no estás sola.
Estimado Néstor, una buena parte de nuestro pueblo ha sido sometido a la obediencia por diferentes caminos: el terror, el adoctrinamiento y la conveniencia oportunista. Esto no niega que haya personas íntimamente convencidas de que el sistema imperante es lo mejor para la nación. Nadie puede decir de una forma científicamente aceptable, cómo piensa el pueblo. A veces tengo la impresión de que todo el mundo está inconforme y que vivimos en una olla a punto de reventar, pero entonces llega un primero de mayo y un millón de personas desfilan en la Plaza de la Revolución de la capital, mientras otros, que pueden sumar millones, lo hacen en sus respectivas provincias. He descubierto en la pantalla del televisor —cuando retransmiten esas escenas en la Plaza— el rostro de un amigo que no cesa de desbarrar diariamente contra el gobierno o a una vecina que el día antes se quejaba amargamente de su situación en la cola donde estaban vendiendo el pollo por pescado, pero nadie desfila a punta de pistola. El daño antropológico que hemos sufrido requiere de una sanación lenta y profunda. La violencia desbocada que podría desatarse tras ese estallido social, que lamentablemente tanta gente desea, solo serviría para crear una nueva espiral de intolerancia y odio. Yo quiero que eso nunca vuelva a ocurrir en nuestro país, que intuyo también es tuyo, y espero no estar sola en ese deseo.
Eduardo Alfonso: Yoani, mis respetos. Estoy exiliado hace apenas dos años y aún creo conocer de cerca esa realidad que bien describes en tu blog, pero en muchos lugares de Cuba es prácticamente desconocida la labor de los blogueros independientes e incluso de la disidencia. ¿Cómo crees que desde el exilio podamos ayudar a difundir más la labor de ustedes, teniendo en cuenta que internet y correo electrónico son prácticamente inaccesibles para la población y generalmente se encuentran en manos de instituciones estatales, lo que conlleva a que los usuarios con ‘acceso’ a estos recursos teman, no sin cierta justificación, acceder o recibir esta información ‘alternativa’?
Uno de los procesos más interesantes que ha ocurrido en Cuba en los últimos años es que se ha roto el monopolio absoluto que tenía el estado-partido sobre la información. La muerte por huelga de hambre de Pedro Luis Boitel vino a ser conocida por la población 20 años después de haber ocurrido. Pero la inmolación de Orlando Zapata Tamayo fue noticia en toda Cuba en menos de 24 horas. Incluso las autoridades se vieron obligadas a hablar del asunto en los medios oficiales. La ayuda que puede dar el exilio consiste precisamente en difundir información hacia el interior de la Isla. Ni siquiera es necesario enviar noticias sobre la oposición, basta con ampliar el horizonte de lo que ocurre en el mundo y en esta Isla.
Luis: Yoani, cómo te la arreglas con tus críticos blogueros? ¿Cómo haces para poder sobreponerte a todo lo mal que dicen de ti? (Me refiero a blogueros.)
¿Sobreponerme? No te imaginas la alegría que me da descubrir que hay personas libres que dicen lo que piensan. ¿Que no piensan realmente así y se limitan a cumplir órdenes? Entonces no tengo que preocuparme.
Pablo Ávila: ¿Cómo compara usted el comportamiento de la dictadura cubana y la SS de la Alemania hitleriana? ¿En qué se asimilan? ¿Cómo utilizan las mismas técnicas para reprimir al pueblo?
No soy una estudiosa de la Alemania hitleriana y no me parecen muy acertadas las comparaciones entre escenarios y épocas históricas diferentes. Creo que en el fondo todos los regímenes totalitarios guardan similitudes en sus métodos aunque difieran en su ideología. Lo cierto es que mucho del atosigamiento de propaganda ideológica al que nos someten en esta Isla, ya había sido probado y perfeccionado por Goebbels. A veces me estremece ver el parecido de la estética, las vallas políticas, la retórica de los discursos entre este sistema y aquel que terminó sepultado en el búnker de Berlín. Pero creo que en realidad todos los autoritarios se parecen, todos los sistemas anuladores de la voluntad del individuo usan técnicas similares, aunque sea con diferentes grados en su aplicación. La lectura del libro LTI: La lengua del Tercer Reich, de Víctor Klemperer, me abrió la sensibilidad y los oídos para percatarme de la concordancia en cuanto a medios y propósitos entre aquel sistema y éste.
La muchacha de la cara lánguida revela su ego: no le importan mucho los antecedentes de quien la premie, dice que no quiere pero quiere ser histriónica y reduce el plazo de la venganza luego de incitar a su soñada «involución popular» a 24 horas (ya no haría falta una semana para matar). Me hacen mucha gracias sus piruetas verbales 🙂
Socialmente, el miedo a lo desconocido, cuando se funde con el sueño frustrado de una sociedad armoniosa, también engendra monstruos o provoca pesadillas colectivas. Es el estado actual de zozobra que se vive en Cuba, mientras se da por seguro que el tiempo está cambiando para peor y todos los vecinos olfatean la situación intentando adivinar las malas señales, intentando descubrir si ya la tormenta está aquí. El anuncio de una política de despidos masivos forzados que se fijan en fecha próxima, más tantas otras tristes noticias —subió la edad de jubilación, suben los precios del combustible, sigue subiendo la tarifa eléctrica, etc.— otra vez insufla en la sociedad una sensación de incertidumbre, caos o tragedia inminente.
Una de las pocas armas con que se cuenta en la calle para superar el estado de impotencia, protegerse de lo desconocido y verlo venir, son “las bolas”, como se les llama en Cuba a los rumores que atraviesan la sociedad horizontalmente, repentinas, de boca en boca, autopropulsadas por un sincero horror al vacío. Nadie distingue si son veraces, con qué interés alguien puede echarlas a rodar o a quiénes quizás beneficien. De cualquier modo constituyen, si no una fuente de contenidos totalmente fiable, sí la más sensible, rápida y desprejuiciada (virtudes básicas de un mecanismo de alarma) con que se cuenta en el entorno. Y la experiencia ha dado la razón a quienes atienden al movimiento de estas referencias precarias, porque no puede esperarse por los fiambres que sirven los medios de propaganda con demasiada premeditación.
El detalle de la velocidad y transparencia informativa significa a veces la diferencia entre la vida y la muerte. Resulta común, por ejemplo, que en la prensa caigan tras las rejas algunos culpables de crímenes que, de acuerdo con el historial de esas mismas planas, jamás se cometieron. Fue el caso del mayor robo de un banco nacional —un millón de pesos—, ocurrido años atrás en la ciudad de Ciego de Ávila, o la más trágica fuga de una cárcel, cuando el mismo delincuente y secuaces abandonaran la prisión de Canaleta en esta ciudad dejando un rastro de varios uniformados muertos a golpes. En ambas oportunidades el rumor activó un engranaje de autodefensa que los periódicos terminarían refrendando sólo después que el peligro había pasado, para hacer un relato triunfal de búsqueda y captura.
La política oficial de manejo de la información, y la misma marginalidad o falta de participación individual en la industria de la política, hace que la realidad, la substancia de lo real y las formas del futuro inmediato tengan para el cubano promedio un aspecto psicológico de pulsión reprimida, autodestructiva, síntoma en definitiva de una relación enajenada con todos los medios: los de producción, los de información, los de poder y consenso, los de representación simbólica, etc. A este orden de traumas pertenece el fenómeno de que la Asamblea Nacional del Poder Popular pueda reunirse sin discutir ni llevar a votación precisamente las graves determinaciones que, tras caer el telón de este foro, aparecen aprobadas y escritas como por una mano invisible sobre el cielo nacional: se venderán casas y terrenos a turistas millonarios, se construirán campos de golf a lo largo del país, se considerarán “plantillas infladas” todas las que hasta ahora venían valorándose como generadoras de una forma de producción superior o acumulación de valores sociales, etc. Luego el sentimiento de indefensión ciudadana no alcanza a ser menor que ese mismo silencio o vacío legal al que cada persona está enfrentada inevitablemente.
Un vacío tan profundo e indeterminado como el cheque en blanco que el máximo dirigente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) le expide al poder cuando lanza el mensaje oficialista de que apoya todas las decisiones tomadas por la alta jerarquía y, además, todas las que se tomen en adelante, sean las que fueren. Facilidades tan ilimitadas para un tipo de monopolio ideológico y económico, abiertas incondicionalmente, a costa del suelo, de las familias, de los trabajadores y las obras públicas, parece un caldo de cultivo ideal para el desasosiego generalizado. Cuba, la vida —entiéndase ese límite desconocido o prohibitivo que la actividad institucional presenta a los individuos—, es el plato fuerte de los debates de los cubanos en la calle, yendo desde superficiales aristas a lo hondo que bordea el abismo. El miedo no puede ser menos ilimitado porque no responde a las formas, siquiera a un ordenamiento hipotético de información, sino a la falta de formas.
Tomando nota de vagos rumores en un día actual de mi vida, y no un día ideal o típico que mezcle fragmentos de ayer y hoy, sino un día real, vivido —entiéndase el viernes 5 de noviembre de 2010—, me quedo para mi sorpresa con este muestrario que difícilmente acertaría a ubicar en el capítulo del absurdo kafkiano o de la novela gótica.
Me levanto porque toca a la puerta Oria, una amiga que lo primero que mezcla con el café mañanero es el testimonio de que el barrio Ortiz, al norte de la ciudad, está acordonado por guardias porque allí se oculta el asesino que buscan desde hace tres días, cuando apareció estrangulada, y dicen que violada, la anciana madre de Nelson, un peluquero de la calle Independencia. Se especula que por la noche quitaron la corriente en toda la ciudad porque trataban de estimular al malhechor a salir de su guarida. El suceso viene a añadirse al caso de un joyero y su mujer que fueran torturados salvajemente por unos ladrones impotentes delante de una caja fuerte hermética, en un poblado cercano, Florida, perteneciente a la provincia de Camagüey —las fotos de la policía en la escena del crimen circulan de computadora en computadora—. Uve, una vecina, pregunta si tenemos un candado que le vendamos, aunque sea viejo, comenta que todos están poniendo candados, antes de desenvolver otra noticia fresca: han violado y matado a otra mujer, una taxista negra. No hace falta saber el nombre, existirán a lo máximo dos o tres mujeres taxistas, y negra una sola, así que más o menos todos la habremos visto pasar alguna vez: estamos ante una clasificación muy familiar.
Cerca del mediodía voy a la zona comercial y en el parqueo de bicicletas se habla, además de lo de la taxista, sobre un cartel que pusieron, diciendo supuestamente con caracteres grandes: “Abajo Fidel”, mientras debajo, con letras más pequeñas: “cuiden a los niños”. Conocedor de que tengo dos hijos, alguien me aconseja que los mantenga bajo mi ala. Uno de los clientes, sacando su bicicleta, dice que esto es nada comparado con lo que vendrá después que miles de plazas laborales sean eliminadas, y se va, dejando que la onda expansiva haga efecto. El parqueador niega con la cabeza, y afirma, ahora mirándome, que eso es falso, porque en realidad las personas que trabajan no son potenciales delincuentes, incluso vaticina que sólo un uno por ciento de los desempleados se convertirán en ladrones.
Por la tarde, al llevar a uno de mis hijos al entrenamiento de fútbol, el director de la escuela reúne a la muchachada para dar una arenga, prohíbe traer dinero con qué comprar dulces a través de la cerca. “Hay que acabar aquí con estas ventas. Nadie sabe lo que venden”. El padre de otro niño anuncia que ya capturaron al asesino, que lo oyó por la radio y que habían mostrado incluso una foto en el canal de televisión local. Por doquier gotea el nuevo tema de la infeliz taxista. Y ya de noche, cuando visito a un vecino, mientras su madre busca la llave de la reja y se disculpa por hacerme esperar, y convengo con ella en lo oportuno de mantener nuestras casas cerradas, traigo a colación el ejemplo de la taxista, pero entonces la veo que ríe y me desmiente. Se trata de su amiga, acaban de hablar en la esquina hace cinco minutos: sentada al timón en su taxi, coleando, sanita, lo único que un poco asustada y molesta, porque está en desacuerdo con estas horas de fama que le ha tocado vivir.
De regreso en casa, mi esposa me reprende por no colocar el candado, le doy la buena nueva de que “la bola” de la taxista era falsa, entonces llega un amiguito de nuestros hijos contando que en otro barrio una mujer falleció cuando un ladrón la empujó contra el contén de la calle para arrebatarle la bicicleta. Todavía, antes de irme a la cama, alguien llama por teléfono con la versión de que ha aparecido un brazo flotando en el pequeño lago del Parque de la Ciudad. Bueno, me digo, aquí el rumor empieza a saltar del tono realista al fantástico. Lo sufrimos por las víctimas, reales o inventadas, en cuyo pellejo probamos a ponernos, pero mi prurito literario me lleva a identificarme al final del día en especial con el infortunio —aunque al cabo tuvo mejor suerte— de la taxista, alguien que se me parece a un personaje de ficción en busca de un autor.
En efecto, la figura bonachona de Dulce María Montiel, querida y experimentada chofer de la piquera de taxis del hospital provincial, en la ciudad de Ciego de Ávila, devino por estos días un extraño caso en que la psicología y el arte unieron fuerzas para lograr que la realidad se rebajara a comportarse como una imitación de un cuento de Poe, o quizás de Borges. La imagen narrada de su falsa agonía vino a drenar por consenso un cuadro de traumas y presiones latentes en la psiquis social.
Dulce lamenta lo que considera una broma de muy mal gusto o quizás un acto terrorista. En pocos segundos el comentario estaba en todas partes, ese día ella no había ido a trabajar y la gente llegaba a su casa con lágrimas en los ojos, se amontonaron dolientes en la funeraria y llovieron las llamadas telefónicas, incluso desde Italia y los Estados Unidos. Dice que ni la vez que sufrió de verdad un accidente, cuando su auto quedara aplastado, hubo tanto alboroto. Dulce tiene, como cualquier cubana típica, su poco de superstición, y no entiende qué está pasando, por qué en lo que parecía ser un día normal tanta gente convino en la creencia insoportable de que a ella la habían asesinado, cuenta que siente deseos de poner delante de su casa un cartel que diga: “Estoy viva, no me pregunten más”.
FRANCIS SÁNCHEZ
(Ceballos, Cuba, 1970) Cuando tenía unos catorce años publicó su primer conjunto de poemas. Su poemario «Revelaciones atado al mástil» (1996) fue finalista del Premio Nacional de la Crítica. Fundador de la Unión Católica de Prensa de Cuba en 1996. Editor y diseñador de publicaciones culturales. Ha realizado guiones y dirigido audiovisuales. Sus libros de poesía, narrativa y ensayo se han publicado en Cuba, México y España. “Hombre en las nubes” es el título de un cuento del libro «Cadena perfecta» (Premio Cirilo Villaverde, 2004). Contactar en: comarcainterior@yahoo.es
Otra poetisa de la desesperanza 😦
Paquito, supongo que ya conoces esta noticia:
http://www.dosmanzanas.com/2010/12/estados-unidos-quiere-recuperar-la-mencion-explicita-a-la-orientacion-sexual-eliminada-de-una-importante-resolucion-de-naciones-unidas.html
Si sucede espero que Cuba vote del lado correcto.
Un abrazo.
Maykel: estaremos atentos, claro está.