Mientras cursaba la carrera de Periodismo, justo entre tercero y cuarto año, comenzaron mis visitas a los salones de operaciones, con tres intervenciones quirúrgicas en 15 meses. Luego de un largo descanso de más de una década, vino la cuarta cirugía en junio del 2003, la vez que más cerca he estado del más allá. Si hasta ahora he sobrevivido a tales percances, ha sido, tal vez, porque a la muerte no le gusta mucho la gente con sentido del humor.
Todo empezó con un atracón de comida criolla durante una cena o un almuerzo familiar, no recuerdo bien, en casa de mi tía Fina, el 26 de Julio de 1990. Los dolores comenzaron y fui de doctor en doctor, y de calmante en calmante, con el veredicto médico de una ingesta, que dio inicio a mi “injusta” fama de flaco goloso y “desagradecido”, hasta que al día siguiente un cirujano del Hospital Naval, el más cercano a mi casa, tuvo la feliz idea de diagnosticarme una apendicitis aguda. Fue mi primera gran herida de guerra, bastante grande por cierto, porque ya estaba cerca de la peritonitis.
Ocho meses después, el 23 de marzo de 1991, mientras estaba en un campamento agrícola con mis compañeros de la Universidad, la historia se repitió —esta vez sin comilona de por medio—, y tuvieron que correr conmigo en un auto para el Hospital Calixto García, en lo que resultó ser mi primera oclusión intestinal por bridas.
Así mezclé mi modesta biografía con otra fecha de la tradición patriótica cubana, pues como muchos recordarán, ese fue el día que el general mambí Antonio Maceo, protagonista de la célebre Protesta de Baraguá, escogió para reiniciar la lucha de independencia contra el colonialismo español, luego de rechazar el Pacto del Zanjón: “El 23 se rompe el corojo”, dijeron los mambises, y por poco también me “rompo” yo, 113 años después.
Para quienes no saben de medicina, la traducción de mi diagnóstico, según una imagen muy gráfica de uno de los cirujanos que me operaron aquella vez, es que luego de cualquier intervención en la región abdominal —como la mía previa por la apendicitis— hay organismos que desarrollan espontáneamente unas adherencias en las paredes que rodean al intestino, hasta que —palabras textuales que nunca olvidaré— “se forma allí un pegote tremendo, las tripas se trancan y hay que picar”.
De esta segunda operación, que me dejó otra larga cicatriz en mi barriga, paralela a la primera, lo que más recuerdo es una madrugada durante los primeros días de la recuperación, en que me comenzaron unos terribles dolores de espalda y me escapé de la cama mientras mi madre dormía en el sillón, para irme a dormir arriba de un aparador que había en el pasillo, cuya dura cubierta resultó un verdadero bálsamo. Tanto fue así, que al día siguiente un amigo de la familia tuvo que “coger prestada” la tabla de una mesa en el comedor del hospital, para ponerla sobre mi colchón de espuma de goma, disimulada bajo las sábanas, y así aliviar mi malestar.
Otra consecuencia de aquel nuevo episodio hospitalario fue que mis camaradas de la Facultad nunca más permitieron en los años sucesivos que yo fuera a trabajar al campo, con lo cual todavía no estoy claro si gané o perdí, porque eran temporadas bastante divertidas.
Pero apenas había trascurrido siete meses, y el 12 de octubre de ese mismo año —en conmemoración al arribo de las naves de Cristóbal Colón a tierras americanas— arribé de nuevo yo al Hospital Naval, con los mismos síntomas: fuerte dolor abdominal, vómitos, en fin, que fui directo al cirujano y le pedí que prepararan el salón, porque ya me conocía el procedimiento.
Esta vez, la incisión —también enorme, yo nunca me bajo de los 15 ó 16 puntos de sutura— fue sobre la primera cicatriz, con lo cual le ahorraron una raya al tigre. Pero lo peor vino, como siempre, en el postoperatorio, con un hipo salvaje que no podía controlar y me hacía estremecer cada milímetro de la herida (y más si me reía, porque ya a estas alturas hasta la desgracia la cogía en broma). Tuve que inventarme mi propia terapia para sobrevivir aquello, y desde esa ocasión, me quito el hipo de la misma manera: esperándolo, esperándolo, mientras cuento mentalmente entre salto y salto del diafragma. Pruébenlo, les garantizo que da resultado.
Vino entonces una tregua de 12 largos y provechos años. Por cierto, a pesar de aquel entra y sale en hospitales, no perdí ni un semestre de la carrera, lo cual no atribuyo a virtudes particulares mías, sino a que en realidad, después del primero o tal vez del segundo curso, no eran estudios particularmente exigentes.
Aunque corro el riesgo de aburrir con tanto “corta y pega” de tripas, les diré que la última operación ocurrió el 18 de junio del 2003, fecha que hasta hoy yo creía que no coincidía con ningún acontecimiento significativo en la historia patria, pero que al tomarme el trabajo de revisar en mi útil diccionario de Efemérides, acabo de descubrir que un día como ese falleció Carlos Baliño, uno de nuestros primeros marxistas, amigo de José Martí y fundador en 1925 del primer Partido Comunista en la Isla, junto con el líder estudiantil Julio Antonio Mella.
Pero vuelvo al quirófano, y les cuento que esta fue la más extensa y compleja de mis operaciones, porque junto con la dichosa oclusión por bridas, también había en mi intestino delgado un tumor maligno o linfoma no Hodgkin, uno de los males oportunistas más frecuentes en Cuba entre los pacientes de SIDA.
Además, fue la primera intervención —y ojalá que sea la última— luego de mi diagnóstico como portador del VIH. De este episodio guardo muy ingratos recuerdos, porque el hospital donde me intervinieron —cuyo nombre me reservo porque eso después ha cambiado, según tengo entendido— era en aquel momento el único en la capital que brindaba servicios quirúrgicos a los seropositivos, y todavía su personal auxiliar veía la enfermedad como un estigma y un peligro para su propia seguridad —no así los médicos, que fueron muy profesionales.
Nunca olvidaré las lágrimas de mi madre cuando, en medio de mis siempre recrudecidos dolores abdominales, un técnico de ultrasonido nos maltrató y discriminó, al decir en una forma muy poco ética que no podía examinarme hasta que no finalizara con todas las pruebas del resto de los enfermos no portadores del VIH, “porque luego tenía que esterilizar el equipo”. ¡Salvaje inepto, que no sabía cuáles son las vías de contagio del virus!
El contraste fue más fuerte aún, porque como todos los pacientes de VIH, yo venía remitido del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) —para mí un verdadero “santuario” de la salud pública cubana, con una atención muy especializada para los enfermos de SIDA—, mientras que en aquel lugar, las condiciones de la sala de urgencia donde me “lanzaron” al llegar —como si fuera un apestado— eran tan malas, que casi agonizante como estaba tuve que armar tremendo “bateo”, como decimos en Cuba.
Pero bicho malo, ya ustedes saben. Salí otra vez del hueco, con un metro menos de tripas y tan flaco que casi no me reconocí cuando me miré a un espejo por primera vez después de la operación (y yo nunca he sido gordo, como todos mis amigos saben). Esta vez me abrieron al medio, entre las otras dos viejas cicatrices, de manera que ahora tengo una calle de dos sendas en mi panza, y para colmo en el estira y estira perdí el ombligo, lo cual es un atractivo muy sexy, pienso yo.
Y así, pasé mi tratamiento de sueros citostáticos, con ingresos cada 21 días, bajo el seguimiento estricto de los médicos espectaculares del IPK y una enfermera muy cariñosa, ahora una gran amiga (ya saben que a este Instituto le llegará también su post en esta bitácora), con un posterior ciclo de radiaciones en el Hospital Oncológico, de manera ambulatoria. Todo sin dejar de trabajar, no porque quiera ser vanguardia nacional, ni nada por el estilo, simplemente por lo mucho que yo disfruto lo que hago, lo cual siempre he considerado como parte de mi “medicina”.
Suficientes —creo yo— estas aventuras y desventuras de una barriga rota, para dar por demostrada mi tesis de lo difícil que es morirse en este país. Los cinco años de esta última cirugía los “festejé” nada más y nada menos que en París, el verano del año pasado, pero esa ya es otra historia…
He sido testigo de parte de esta odisea y les aseguro a los que lean el post de Paco que no fuimos pocos los que pensamos que se nos iba, entre ellos él mismo, y también les aseguro que dio otra muestra de valor y grandeza espiritual y moral: nunca se amilanó, nunca se lamentó, nunca vi una lágrima ni quiso que lloráramos quienes él sabía muy bien que le queríamos (y queremos)… Vaya, que siguiendo la tradición machista y homofóbica podría afirmar, que se portó como todo un hombre!
Lo tuyo ha sido mucho, la verdad. Yo tuve muchos ingresos por asma, pero por suerte el ultimo fue como a los 17.
Pero todo tus males empezaron por estar celebrando el 26 de julio. A quien se le ocurre? Imaginate 🙂
Hay quien celebra el 10 de marzo, o el 20 de mayo, cada cuál festeja lo que quiere… o lo que puede
paquito, no tenia ni idea de la odisea, pero cual ulises valiente, te veo sobrevivir a toda costa, por cierto cada vez q regresas a itaca quedan menos valientes, alzaron naves todos. por esto y más estoy orgullosa de ti. nos une el amor por la literatura y por la vida,
estoy contigo en esta y todas tus luchas, soy tambien una marciana empedernida, de los del rojo encendido en cambio me siento ya muy lejos, creo en lo q ellos dicen pero no en lo q ellos hacen. asi no quiero ser de los suyos, sin embargo a los patriotas de antes de la fecha, todos y cada uno de ellos los sigo venerando. en fin, esto no iba a tratar de politica sino de amor, a la revoi, mon ami, paris tambien me tuvo más de una vez paseando por sus calles. pero de eso hace ya casi 10 años. ahora estoy mas cerca del circulo polar artico, alla donde la aurora boreal y los amaneceres eternos, pero tambien la noche mas fria y cerrada que un animal tropical pueda soportar.
un abrazo,
aleisa
hola amigo,,te felicito y te admiro por tu valentia,animo sigue adelante,que la vida es bella y tu te mereces vivir mucho mas,,un beso para ti,,,
Creo que el problema de los comentarios me parece que debe ser la forma en que los tienes configurados.
En wordpress, ve a configuracion – discusion y mira a ver ahi. No se si habras cambiado la forma de en que se mostraban los comentarios a mitad del post, que se yo.
Yo particularmente prefiero quitar la opcion de responder porque uno no sabe el orden en que se dijeron las cosas en el blog. Prefiero deshabilitar la opcion de responder y mostrar el comentario mas antiguo arriba. Asi se tiene una mejor idea del orden de los comentarios.
Juega y mira a ver cual te gusta a ti.
Si lo anterior no te resuelve es que carlos alberto montaner y el grupo prisa te tienen en la mirilla y ya conversaron con wordpress.
Vas a tener que ir a ver a elaine la teorica de los blogs oficialistas. No te preocupes que pronto les bajan una directiva del pcc (firmada por la profe) y les explican hasta donde van las comas.
Bueno, en realidad les dicen a cada uno que digan lo mismo, pero con diferentes palabras. Tu sabes,
yoani de prisa
yoani la rapida
yoani la veloz
Excepto momentos importantes en los que les pueden incluso decir que vieron fantasmas corriendo por g para abajo. Claro, uno se justifica con los problemas de la vista despues.
A lo mejor a Montaner tampoco le gustan los gay, quién sabe, la derecha es tan homófoba. Pero no, todavía no tengo, y no creo que estas alturas la desarrolle, ninguna manía persecutoria, ni creo que aplique a mi pobre blog la teoría de la conspiración. De todas formas, gracias por el consejo. No conozco a Elaine, pero tal vez la vea en alguna ocasión, aunque después de leerme y practicar tanta esgrima verbal conmigo. ¿de verdad tú crees que a estas alturas de mi vida, alguien me pueda decir lo que yo tengo que decir?
Hablando de homofobias, ¿La derecha es más homófoba que la izquierda?
Creo que se pueden encontrar un par de ñañitos que han llegado lejos dentro de la derecha.
¿Y en la izquierda?
Ya hay un transexual en la Casa Blanca.
Paquito, ¿Hay algún maricón en un alto cargo en Cuba?
La homofobia no tiene signo político, considero. En todos los extremos cuecen habas, diría yo. Pero tradicionalmente, por lo que he leído e intercambiado, los partidos políticos de izquierda están más cerca de las organizaciones del llamado lobby gay, aunque sea por una cuestión de conveniencia electoral. Recuerdo que cuando estuve en España en el 2000, me puse a conversar con el dependiente de una sex shop, y cuando le dije que yo nunca había visto nada parecido, le asombró saber que en Cuba, con la fama de «calientes» que tenemos y con un sistema «comunista», la homosexualidad fuera un problema todavía, teniendo en cuenta que allá los gay siempre eran los aliados de los partidos etiquetados como de izquierda.
Y sobre tu pregunta, ufff, creo que no me toca andar sacando gente del closet. En realidad, nadie que yo sepa ha sentido la necesidad de «declarar» esa condición para cumplir con su trabajo. Y en parte no lo veo mal, porque me parece un poco superficial, superflua y vanal la cacería de gay famosos que tienen los medios de comunicación en otros países. Me parece que en el fondo el interés al hacer eso es más comercial o farandulero, que una honesta preocupación por hacer más visible o propiciar una mayor aceptación de la homosexualidad.
100PC, no sera cuba el pais mas avanzado del mundo?
No pongas a paquito contra la espada y la pared que lo vamos a embarcar. Tirale un cabo como hago yo cuando lo llamo oficialista que el dice que le da mejor imagen entre sus pares 🙂
Paquito, se formo el cyberchancleteo por mi blog. Llegate y da tu opinion divergente. La recipricidad siempre se aprecia aunque no sea imprescindible.
Saludos,
Oye, trataré de ir por allá, pero es que ustedes me han puesto el mío tan interesante, que casi no me alcanza el tiempo para atender otros.
Te felicito por la manera en que vas respondiendo a los promotores del «ciberchancleteo» virtual, que al final es puro chancleteo vacío, ruido. Lamentablemente, en los blogs con el tema Cuba, abundan más los lanzadores de chancletas que las personas dispuestas a conversar sin ofensas.
En lo particular, no soy chancletera. Y nunca aceptaré que soy parte de algún chancleteo, físico o virtual.
Sí me encantan los debates. De cualquier tema. Físicos y virtuales.
Boris,
sobre la parte que me toca (seguro que me toca algo sino todo), para que el mundo sea mundo tiene que haber de todo.
decirte tambien que aprecio tus opiniones a pesar de que muchas veces no he sabido usar las formas mas correctas para comunicarte mis desacuerdo con algunas de tus ideas. He leido comentarios tuyos en lugares fuera de bc que me han parecido muy interesantes. Si no lo he admitido ahi es porque se que hay cierta friccion virtual. Lamento que los bceros esten alejados de su blog. Ya te lo he dicho antes. Si te crees que estoy jugando, bueno…
Hay algo que a algunos de ustedes les cuesta mucho trabajo entender. Mi caso no es el mas representativo de esto que te quiero decir, pero hay mucha gente que ha sido lastimada directamente por el gobierno cubano, propaganda aparte. Muchas vidas que han sido marcadas por cierto accionar a lo largo de mucho tiempo, hasta el punto del tueste. Algunas palabras le ponen el dedo en una llaga que nunca se ha cerrado. Ya se que habran algunos que me diran lo mismo sobre el bloqueo y antes de que empiecen, creo que la diferencia esta en lo abstracto del bloqueo. Entonces, hay otros que se empenan en negar la realidad. Y quiza no lo hacen a proposito. El problema es que uno no choca con los barrotes invisibles hasta que no llega al limite.
A mi me da la impresion que los comentaristas cubanos tienen un nivel por encima del promedio. No obstante, me parece ilogico esperar siempre aporten ideas utiles y profundas.
Saludos,
Aaron y Boris, no sé qué ha pasado entre ustedes fuera de mi blog, pero aquí todo ha sido en el marco del respeto, pienso yo. Creo que todas las revoluciones lastiman gente y favorecen a más gente todavía, y a la larga, cambian los rumbos de la historia, como la Revolución francesa, a pesar del terror. Y entiendo que puede ser difícil distanciarse cuando le toca a uno sufrir, pero tampoco es imposible, al menos tratar de ser equilibrados en los análisis. Oye, y el bloqueo de abstracto no tiene nada, nadita. Tiene un registro centavo a centavo, responsables nombre por nombre, y hasta no pocos detalles de víctima por víctima.
Paquito,
capte.
Antes que aparezca un atorrante a decirme que Raúl Castro es maricón, vamos a ceñirnos a maricones salidos del closet. Los tapa´os no cuentan.
Así que me eliminan de cualquier lista a Raúl Castro, Armando Hart y Alfredo Guevara.
Por suerte, todavía no he recibido aquí opiniones de atorrantes. Y las listas, todas, creo yo, habría que eliminarlas. Tal vez esa sería otra definición del comunismo: un mundo sin listas.
Gracias a una querida amiga por recordarme vía Twitter que me faltó Miguel Barnett
Ay, Paquito, pese a las venturas y desventuras de tus pasos por el quirófano, tus anécdotas son deliciosas. Solo falta que pongas fotos de tu panza remendada!!! Un beso grande y mi cariño siempre.
Paquito,
yo sabia que lo de abstracto no se iba a entender. No he dicho que el embargo no tenga efecto, sino que (me parece) hay poca gente que puede decir que el embargo concreta y directamente lo ha afectado en algo A EL/ELLA especificamente. Indirectamente nos ha afectado a todos.
Las causas y la necesidad (o no) del embargo son otro tema.
No me parece que lo que te parece sea exacto, porque sería subestimar a la gente acá. Y de causas y necesidad del bloqueo no creo que sea posible hablar, sino de inmoralidad, crueldad e inoperancia (esto último de acuerdo con sus fines) Pero te pido una tregua, porque debo concentrarme en lo que pasará ahora con la entrada que publico esta noche, a la cual le concedo gran importancia.
Paquito:
Admiro esa manera tan jocosa que tienes de enfrentar los problemas. Es duro, pero aun los seropositivos en Cuba sufren las consecuencias de la ignorancia, lo único que me consuela es que cada vez son menos los bárbaros .
Tengo una amiga seropositiva, es una persona muy especial para mí, gracias a ti, tiene un ejemplo que emular. Gracias.
LO QUE ESTARÍA PREGUNTANDO CUALQUIER PERIODISTA AL MINSAP
En el Hospital Psiquiátrico de La Habana, que dispone de 2 500 camas, se ha producido durante la última semana un incremento de la mortalidad en los pacientes ingresados. En total se reportan 26 fallecidos.
26 EN UNA SEMANA TOCAN A MÁS DE 3 DIARIOS. ¿NO SE PUDO TOMAR MEDIDAS A TIEMPO?
“Estos hechos están vinculados con las bajas temperaturas de carácter prolongado que se han presentado (de hasta 3,6 grados centígrados en Boyeros, donde se ubica el hospital)
OK. PERO DESDE DÍAS ANTES SE SABÍA QUE HABRÍA MUCHO FRÍO
y a factores de riesgo propios de los pacientes con enfermedades psiquiátricas,
SE SUPONE QUE EN UN HOSPITAL ESPECIALIZADO, CON PERSONAL ESPECIALIZADO ESTE RIESGO PROPIO DE LAS ENFERMEDADES MENTALES ES REDUCIDO AL MÍNIMO
el natural deterioro biológico debido al envejecimiento, infecciones respiratorias en un año donde esta enfermedad muestra un comportamiento epidémico
LA EPIDEMIA DE ESTE AÑO HA SIDO AH1N1, ¿ALGUNO DE LOS MUERTOS TENÍA AH1N1? Y SI ALGUNO DE LOS ENFERMOS TENÍA UNA ENFERMEDAD RESPIRATORIA, ¿NO DEBÍA TENER CUIDADOS MÁS ESPECIALES AÚN?
y las complicaciones de afecciones crónicas presentes en muchos de ellos, fundamentalmente cardiovasculares y cáncer.
SI TENÍAN PACIENTES CON CANCER, ¿HABÍA ONCÓLOGO EN EL HOSPITAL?
Ante la situación descrita, el Ministerio de Salud Pública decidió crear una Comisión para investigar lo ocurrido,
¿CÓMO EL MINSAP SE INVESTIGA A SÍ MISMO? ¿SE PUEDE SER JUEZ Y PARTE?
la que hasta el momento de elaborar esta información ha identificado varias deficiencias relacionadas con la no adopción oportuna de medidas.
EXACTAMENTE, ¿QUÉ DEFICIENCIAS ENCONTRARON? ¿QUÉ MEDIDA DEBIÓ TOMARSE? ¿QUIÉN DEBÍA TOMARLA? ¿POR QUÉ NO LA TOMÓ?
¿LAS VENTANAS ROTAS DEBÍAN ARREGLARLAS CUANDO LA TEMPERATURA ESTUVIERA A 3 GRADOS?
Los principales responsables de estos hechos
HECHOS NO, MUERTES. DEBÍA DECIR HOMICIDIO.
serán sometidos a los Tribunales correspondientes.
¿NO ES LA FISCALÍA QUIEN DEBE LLEVAR A LOS PRESUNTOS RESPONSABLES DE UN DELITO A UN PROCESO PENAL?
Tendré en cuenta tu cuestionario. Gracias.
Espero que la investigación llegue al Director del Hospital, que debió cerciorarse de que había comida adecuada y mantas; al Director de Salud Provincial, que hacía rato debió haber notado las ventanas rotas; y al Minstro de Salud Pública: José Ramón Balaguer, que debió saber que hace años el mercado negro cubano se surte de lo que se roba de sus hospitales.
Estos tres, y no una enfermera ni una cocinera, son los «principales responsables» en esta matazòn masiva.
Sin dudas, este caso es grave. Y creo que hay conciencia de ello, porque la cuestión va más allá de una lista de responsables. De todas formas, la contraloría e incluso el antiguo Ministerio de Auditoría y Control, tienen previstas las figuras de las responsabildades colaterales. El presidente Raúl Castro lo dijo así en agosto del 2009, al crearse ese órgano: «Contribuirá a la depuración de responsabilidades administrativas y penales, tanto de los comisores directos de delitos como los colaterales, que son, estos últimos, como define la propia Ley, los cuadros, dirigentes o funcionarios administrativos que por falta de exigencia, conducta negligente o inobservancia de los controles establecidos favorecen la ocurrencia de violaciones de la disciplina o no las enfrentan o informan de inmediato».
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