No seré más el hombre invisible

El rasgo distintivo del VIH/SIDA en relación con otras enfermedades crónicas y mortales —en mi criterio— es la peculiaridad que le concede el hecho de que su principal vía de contagio sea a través de las relaciones sexuales. Esto añade al conflicto de las personas infectadas una complejidad adicional, por ese sentimiento de repulsión – atracción que genera la epidemia en el resto de la sociedad, como consecuencia de prejuicios seculares y tabúes milenarios con respecto al sexo y su disfrute.

Nadie suele hacer juicios de valor, por ejemplo, sobre la conducta moral anterior o posterior de alguien a quien le descubren un tumor maligno, una grave insuficiencia cardiaca o renal, un terrible mal degenerativo o cualquier otra dolencia terminal.

Sin embargo, para muchos hablar de SIDA es como resucitar el bíblico pecado original, y darle a los hombres y mujeres la oportunidad que no tuvieron aquella vez de comentar, debatir y criticar al pobre Adán o a la sensual Eva, con el agravante añadido de la nota escandalosa que para no pocos resulta todavía la relación de una pareja de Adanes enredados lujuriosamente por una manzana, ahora maldita por partida doble, al subvertir el orden heterosexual dominante.

Pero esta especie de morbosa curiosidad no solamente la sienten quienes no padecen la enfermedad, sino que entre nosotros mismos, los seropositivos, con frecuencia los vínculos están marcados por un sino que pende entre el exhibicionismo y la imprudencia, la sorna y la compasión, la lascivia y el miedo, la seducción y el rechazo.

Las primeras preguntas que vienen a la mente de la persona que conoce del diagnóstico positivo de otra, las formule o no —según su sentido de discreción, tacto y urbanidad—, casi siempre son: ¿quién, cómo, cuándo sería? Luego vienen las retrospecciones  inquisitoriales sobre todo lo que recuerdan del sujeto en cuestión: “a mí siempre me pareció que…”, “yo lo vi una vez en tal lugar con…”, “la verdad que no me imaginaba que fulano hiciera…”

Tal reacción, inevitable quizás, sirve de pábulo a su opuesto: el temor de los afectados a dar a conocer su condición, la preocupación por el qué dirán, la decisión errónea y fatal que toman algunos de no querer saber, y otras muchas actitudes que a la larga convierten a la pandemia en un problema social, pero sobre todo, en una tragedia individual y para las familias involucradas.

Por ello comparto la opinión del médico madrileño Tomás Hernández,  responsable del Plan Nacional sobre SIDA en España, quien declaró en una entrevista reciente en El país, que superar el estigma y la discriminación también es una cuestión que concierne a las personas que viven con el virus:

“Sé que es mucha responsabilidad, pero ir poco a poco entre todos contribuyendo a visibilizar el VIH puede ser muy útil para acabar con conocimientos erróneos y con prejuicios”.

Y añadía el especialista:

“No le pediría a todo el mundo que se haga visible, pero sí animaría a hacerlo a las personas con VIH que estén en disposición de hacerlo, que puedan valorar que eso es algo positivo para él o para ella y para su contribución a la sociedad”.

Estos son algunos de los argumentos y parte del espíritu que me animaron a emprender este blog.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Galaxia dice:

    Hola Paquito,desde que me empate con tu maravilloso blog tengo la sensacion de querer salir corriendo y gritarle a todos de que color es mi melancolia.estoy muy inspirada( gracias a ti) a decirle a mi papa que soy lesbiana .Tu has sido muy valiente al enfrentar a tus seres queridos y luchar por lo que realmente tu quieres y con lo que te identificas ,me recuerdas mucho a la fallesida princesa Diana de Glaes que como tu lucho por sus suenos y su identidad (tambien soy fan de ella ,y de verdad nunca habia conosido a nadie que me la recordara tanto)creo que lograras mucho con este blog ,sobre todo en nosotros los jovenes .Mas adelante te cuento como me fue con mi papa (alomejor el se embulla y tambien sale del closet ,pues entre tu y yo ,bueno y los que te leen ,yo creo que el tambien es homosexual (reprimido )de todas formas sigue adelante con este blog .tu amiga Galaxia.

    1. Ojalá todo salga bien, Galaxia. Pero tampoco te apresures si sientes que no estás preparada, el asunto no es de salir corriendo a gritar nada, hay que intentar también ponerse en el lugar del otro, y hacer las cosas lo más reflexivamente posible. No presiones a tu papá, piensa que tal vez él lo pasa peor que tú, si es como sospechas. Bríndale tu amor y tu confianza, junto con tu orgullo en ti misma, y al final él te entenderá, y hasta seguramente evolucionará en su forma de ver el asunto. Bueno, no sé quién soy para dar estos consejos, será que me estoy poniendo viejo. Hazlo como tú creas que pueda ser mejor y ya.

  2. 100 % Gusan@ dice:

    Es cierto que cuando no se conocía mucho se relacionó al VIH con la homosexualidad. Incluso, llegué a ver en carteles del MINSAP que «El SIDA se pega por tener relaciones sexuales con EXTRANJEROS». Esto fue como en el 93-94 más o menos.
    Los tabúes han hecho tanto daño como el virus. Hablar de eso es importante.

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